¿Practicas deporte en verano? Atento a estos consejos para no sufrir golpes de calor
Deporte y calor
El ejercicio físico siempre es una buena opción pero hay que tener especial precaución en esta época del año
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Es muy importante practicar deporte sea la estación del año que sea, el invierno incita a quedarse en casa o en el sofá y a moverse menos. Con el buen tiempo más personas se suman a cuidarse y mantenerse activo, pero en verano hay que tener más cuidado para que las altas temperaturas no supongan un problema en el entrenamiento.
Al igual que en los días de mucho frío, en los más calurosos cuesta más moverse y nuestro cuerpo está más relajado. Esto está relacionado con la temperatura corporal. En verano existe el riesgo de sufrir una insolación o un golpe de calor aun estando en reposo: mucho más si se realiza ejercicio, el cual aumenta la temperatura del cuerpo más aún.
Con el fin de evitar que esa temperatura aumente demasiado, el organismo envía mayores caudales de sangre a circular por la piel, según un artículo la clínica Estadounidense Mayo. Como resultado, queda una menor cantidad de sangre en los músculos, lo cual los expone a sufrir lesiones y otros problemas.
Otra consecuencia es que aumenta la frecuencia cardíaca, lo cual supone un riesgo. Y todo esto se incrementa en zonas con altos índices de humedad, donde el sudor tarda más en evaporarse y, adherido a la piel, aumenta la temperatura corporal todavía más. Es por ello que debemos tomar precaución en la playa, sobretodo si no se está acostumbrado al clima costero.
¿Dónde está el límite?
El cuerpo nos da algunas señales para que paremos, cuando ya no puede más. Entre las primeras está la pérdida de eficiencia, que se advierte sobre todo cuando la persona practica algún deporte y advierte que su rendimiento es inferior al habitual.
Otros síntomas son la sensación de fatiga y debilidad, dolor de cabeza, mucha sed, sudoración profusa y calambres musculares. También pueden aparecer señales de mayor gravedad: alta temperatura en la piel, irritabilidad, bajada de la tensión sanguínea, mareos, náuseas, vómitos, problemas de visión, aturdimiento, desorientación.
Si esto sucede, es importante tomarse un descanso para que no llegue a más. Lo ideal sería que esto no sucediera y que la práctica deportiva se encuentre dentro de nuestras posibilidades, sin fatigarse demasiado.
Estos son los consejos de la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness para hacer deporte en días calurosos con seguridad.
Evitar las horas más calurosas
Al igual que se recomienda no exponerse al sol en las horas centrales del día, tampoco se es recomendable practicar deporte. El consejo es hacer ejercicio a primera hora de la mañana o después de las siete u ocho de la tarde. En caso de tener que hacerlo en las horas centrales, hay que procurar espacios con sombra y buena circulación de aire, o si es posible que se trate de natación u otros deportes acuáticos.
Por cierto, es importante tener precauciones con el aire acondicionado. Si bien permite acondicionar los espacios y de ese modo practicar deporte a cualquier hora, también propicia los cambios bruscos de la temperatura corporal. No solo al salir al exterior, sino también al hacer que el sudor se seque demasiado rápido.
En cualquier caso, el aire acondicionado no debería estar a una temperatura inferior a los 23ºC, y siempre hay que procurar que el chorro de aire frío no caiga de forma directa sobre la persona que está haciendo ejercicio.
Hidratación
Durante la actividad, lo aconsejable es beber agua cada 20-30 minutos, sin esperar a tener sed (la sensación de sed ya es señal de una ligera deshidratación). La cantidad debe regularse según la intensidad de la actividad.
Protegerse del sol
Como comentamos arriba, evitar las horas con más sol, pero aun así es importante usar protección solar y ropa adecuada, con gorra y gafas incluidas.
Las cremas deben ser resistentes al sudor, adecuarse en la medida de lo posible a la piel de cada persona y aplicarse sobre todo en la piel del rostro y de los antebrazos, incluso en días nublados.
Dieta y descanso
Dos factores muy importantes para mantener nuestro cuerpo activo y con nutrientes. Parte de controlar la intensidad del ejercicio físico es tomarse los descansos que el cuerpo necesite. Pero además hay que cuidar bien el descanso durante el resto del día y tratar de dormir bien.
Y también es clave mantener una dieta equilibrada, con particular atención en las frutas y verduras, que aportan vitaminas, minerales e hidratación. Los frutos secos también pueden ser un gran aliado y un aporte de energía.
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