El parqué
Nicolás López
Tono mixto
Embarazo
Los problemas en la fertilidad femenina han aumentado de manera drástica durante este último siglo. Uno de los principales motivos de este incremento de la infertilidad radica en el aumento de la edad de la mujer a la hora de concebir, aunque no es el único. En el caso de los hombres, la calidad del esperma también se ha visto afectada por su edad, problemas de sobrepeso e, incluso, por el estrés.
En consecuencia, se puede observar que hay muchos factores que pueden influir en este proceso: el estrés, el estado de salud, la edad... y la alimentación. Aunque no está demostrado científicamente que haya alimentos que aumenten la fertilidad, mantener buenos hábitos alimenticios influye a la hora de concebir y tener un embarazo saludable. Sin embargo, algunos alimentos pueden convertirse en enemigos durante este proceso. Aquí dejamos una lista de cinco de ellos que debes evitar a toda costa.
Un estudio de Harvard, con casi 19.000 mujeres, encontró una mayor incidencia de trastornos en la ovulación en las mujeres que consumían más grasas trans, carbohidratos y proteínas animales.
Estas grasas, así como el colesterol, afectan al sistema circulatorio y a la salud cardiovascular. Cuando la circulación es pobre, disminuye el flujo de nutrientes hacia el aparato reproductor (en la distribución de nutrientes en el organismo hay otros órganos vitales más importantes que el aparato reproductor), lo cual afecta al funcionamiento del mismo, pudiéndose alterar el ciclo menstrual.
Algunos de estos alimentos son: productos fritos, bollería industrial, grasas sólidas como las margarinas y las mantequillas, galletas...
La listeria es una bacteria nociva que se encuentra en productos que vienen listos para consumir como en las carnes, los quesos blandos y los lácteos no pasteurizados. Recientes investigaciones han revelado que las mujeres embarazadas son 20 veces más propensas a enfermar por la ingestión de alimentos con listeria que otros adultos.
Por este motivo, si estás pensando en quedarte embarazada, extrema las precauciones porque la listerosis puede provocar una aborto espontáneo al comienzo del primer trimestre, posiblemente antes de que sepas que estás embarazada.
Además, algunos lácteos contienen andrógenos que pueden afectar al organismo femenino, alterando el ciclo menstrual e, incluso, incrementando la producción de andrógenos in situ.
Los hidratos de carbono no deben faltar en la dieta pero es mejor que estén hechos a base de harinas integrales. Los hidratos refinados como el pan blanco, el arroz blanco y las pastas, además de engordar, pueden alterar los niveles de azúcar en sangre y afectar así a la fertilidad.
El alcohol interfiere con las vitaminas del grupo B, que precisamente son las encargadas de conseguir una buena calidad del esperma. En el caso de las mujeres, el consumo de alcohol puede afectar al ácido fólico, una de las vitaminas esenciales para quedarse embarazada.
Y respecto a la cafeína su consumo moderado no parece causar problemas, lo que sucede es que afecta a la circulación estrechando los vasos sanguíneos lo que tiene su reflejo en el útero, con lo que podría complicar un tanto la implantación del óvulo.
Este mineral conlleva problemas tóxicos en algunos sistemas y órganos, como el nervioso, los riñones, los órganos reproductivos... pero sobretodo, afecta al desarrollo del sistema nervioso del feto. Lo primero que se forma del futuro bebé es el cerebro y el sistema nervioso, así que comer pescados que contengan mercurio puede ser muy dañino.
Algunos ejemplos de pescados con mercurio son: el pez espada, el atún rojo, el tiburón o el lucio, entre otros.
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