El alimento típico de otoño que nos ayuda a recuperar los niveles vitamina D por la falta de sol

Nutrición y Bienestar

Las estaciones del año, el clima, los protectores solares y la latitud geográfica pueden reducir nuestra capacidad para producir vitamina D de forma adecuada

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Setas
Setas / Freepik

En el ámbito de la nutrición, la vitamina D ocupa un lugar esencial, siendo clave para el bienestar general y, en particular, para la salud ósea. Es una vitamina liposoluble que nuestro cuerpo necesita para múltiples funciones, entre ellas la absorción de calcio, esencial para mantener huesos fuertes y prevenir enfermedades como la osteoporosis.

Aunque comúnmente la asociamos con la exposición al sol y algunos productos animales, poco se suele relacionarse con la ingesta de alimentos como las setas, pero lo cierto es que es una fuente significativa de vitamina D, lo que las convierte en un alimento beneficioso, sobre todo en los meses de otoño e invierno cuando la exposición solar disminuye.

Veamos cómo el consumo de setas puede contribuir al autocuidado de nuestra salud, en especial a nivel óseo y por qué deberían ocupar un lugar importante en una dieta equilibrada.

Fuente vegetal de vitamina D2

La vitamina D es única porque, a diferencia de otras vitaminas, nuestro organismo puede sintetizarla cuando la piel está expuesta a la luz solar, específicamente a la radiación ultravioleta B (UVB). Sin embargo, factores como las estaciones, el clima, los protectores solares y la latitud geográfica pueden reducir nuestra capacidad de producir esta vitamina de forma adecuada.

Sin embargo, hay muchas personas que tienen estos niveles insuficientes y, por tanto, repercute en su bienestar general, incluyendo, además de las salud de los huesos, el sistema inmunológico y la de los músculos.

Aquí es donde las setas entran en juego. Al igual que las personas, ciertos tipos de setas tienen la capacidad de sintetizar vitamina D cuando se exponen a la luz UV. Este proceso natural convierte a las setas en una fuente vegetal de vitamina D2, una forma de esta vitamina que, aunque es menos biodisponible que la vitamina D3 que es la que procede de los animales, no deja de aportarnos importantes beneficios para nuestra salud.

De esta forma, las personas que siguen una alimentación vegana o vegetariana o, simplemente desean reducir su consumo de productos de origen animal, pueden recuperar los niveles de vitamina D a través de la ingesta de setas en diferentes recetas culinarias.

La importancia de la vitamina D

La importancia de la vitamina D en el cuidado de nuestra salud ósea no puede ser subestimada. Sin niveles adecuados de esta vitamina, la absorción de calcio en el intestino es insuficiente, lo cual reduce su disponibilidad en el organismo y afecta negativamente a la densidad ósea.

A largo plazo, esta deficiencia puede aumentar el riesgo de fracturas, especialmente en personas mayores y en mujeres postmenopáusicas. Además, la vitamina D también beneficia a la salud muscular, ya que contribuye a la función de nuestros músculos, por lo que va a ayudar a prevenir el riesgo de caídas, especialmente, en personas con edades más avanzadas.

Más allá de la salud ósea, el aporte de vitamina D mediante el consumo de setas también puede tener efectos positivos en el sistema inmunológico, ayudando a prevenir infecciones y mejorando la capacidad del organismo para defenderse de agentes patógenos. Esto es particularmente relevante en otoño e invierno, cuando el sistema inmunológico tiende a debilitarse debido a la menor exposición al sol y el frío.

Asimismo, en un sentido integral, el bienestar se relaciona estrechamente con el cuidado de nuestro cuerpo a través de una dieta balanceada. Las setas, además de vitamina D, ofrecen otros nutrientes valiosos, como vitaminas del grupo B, antioxidantes y minerales como el selenio y el potasio, que benefician a diferentes sistemas del cuerpo.

Los antioxidantes presentes en las setas, como el ergotioneína, ayudan a combatir el estrés oxidativo y a proteger nuestras células, lo cual tiene efectos positivos en nuestra salud general y en la prevención de enfermedades crónicas.

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