¿Cuál es el alimento del futuro y dónde se consume más en este momento?

Si hay algo de lo que suele disfrutarse en verano, además del sol y el agua (mar o piscina), eso es de la buena gastronomía que ofrecen casi todos los rincones de España.

Lo primero que realiza el turista tras formalizar su reserva hotelera es chequear la lista de los mejores chiringuitos de Andalucía para disfrutar del verano, según la Guía Repsol y comenzar a salivar con los manjares que va a tener cerquita para poder degustarlos en compañía de amigos y familiares. Son días en los que las dietas se dejan a un lado, aunque las verduras son un remedio para sofocar las altas temperaturas.

Es momento de centrarse en el presente y olvidarse un poco del futuro. Sí, del futuro. Porque hay expertos a nivel mundial que apuntan un futuro alimentario bien distinto al pescadito frito, las paellas, el gazpacho, las gambas, los langostinos o las almejas. ¿Cuál es el alimento del futuro y dónde se consume más en este momento?

Olvídense de la carne, el pescado o los productos lácteos. La actual dieta mediterránea tiende a verse sobrepasada por el empuje de los insectos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Grillos, saltamontes y gusanos lo tienen todo para convertirse en el superalimento del futuro porque, en un período de crisis económica a nivel mundial y de aumento de la población (según la ONU la población mundial puede alcanzar los 9.700 millones de personas en el año 2050), permiten un máximo aprovechamiento nutritivo con una mínima inversión de recursos (con 2 kilos de insectos se obtiene 1 kilo de masa de insecto, mientras que para 1 kilo de carne se necesitan 8 kilos de ganado). Porque la cría de insectos es relativamente sencilla y económica y emite niveles muy bajos de gases de efecto invernadero (un 99% menos).

Exportación de insectos

De acuerdo con la FAO, 112 países en Asia, Europa, África, América y Oceanía practican la entomofagia, es decir, el consumo de insectos. Australia, Camerún, Chile, China, Egipto, India, Japón, Marruecos, México, Somalia, Sudáfrica, Tailandia o Uruguay son algunos de los países en los que se comen insectos. También en Singapur, donde su Agencia de Alimentos ya permite la importación de insectos y productos de insectos pertenecientes a especies evaluadas para consumo humano o para pienso animal.

Más de un centenar de países en Asia, Europa, África, América y Oceanía consumen insectos

Y no es anecdótico, ya que Singapur cuenta con una gran reputación a nivel internacional por su avanzada tecnología en la industria alimentaria. Y si comienza a dar vía libre e impulsa la comercialización de los insectos para consumo humano en cuestión de años puede trasladar dicho consumo a buena parte de la población en otros lugares del mundo, dando a valer las propiedades nutricionales de los insectos.