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Es un alimento muy bajo en calorías, pero contiene estas otras propiedades con gran potencial para la salud

Nutrición y Bienestar

La alcachofa contiene luteolina, un flavonoide que inhibe la síntesis de colesterol y promueve la producción de bilis en el hígado

¿Conoces los beneficios del caqui para nuestra salud?

Alcachofas / Freepik

La alcachofa, conocida científicamente como Cynara scolymus, es una hortaliza mediterránea que ha sido valorada desde la antigüedad por sus múltiples beneficios para la salud. Su perfil nutricional y propiedades terapéuticas la convierten en un alimento esencial en dietas equilibradas y saludables. Uno de ellos está muy asociado con la pérdida de peso y es cierto que es un alimento con muy pocas calorías, ya que cada pieza contiene solo 60 de esas calorías y un alto contenido en fibra, por lo que con poca cantidad nos sentimos muy saciados.

Además, tiene un efecto diurético que contribuye a la eliminación de líquidos, combatiendo su retención y favoreciendo la pérdida de peso. A pesar de ser este beneficio el más conocido, no es ni el único, ni el más destacable de todo lo que nos aporta el consumo de alcachofa y más aún después de conocer el estudio publicado por la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) en el que han podido verificar los efectos potenciales de la alcachofa, así como su impacto en diversas enfermedades crónicas.

Propiedades contra enfermedades crónicas

Uno de los principales beneficios de la alcachofa es su capacidad para mejorar la salud cardiovascular y eso es gracias a su contenido en luteolina, que es un flavonoide que inhibe la síntesis de colesterol y promueve la producción de bilis en el hígado, facilitando la descomposición de grasas y reduciendo los niveles de colesterol en sangre. Esta acción contribuye a prevenir la formación de placas en las arterias, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardíacas.

Además, su contenido en ácido clorogénico reduce la absorción de glucosa a nivel intestinal, ayudando a disminuir los niveles de azúcar en sangre. Igual de importante es la cantidad de fibra que contiene la alcachofa, ya que ralentiza la absorción de carbohidratos y mejora la sensibilidad a la insulina, por lo que es un alimento potente para controlar la diabetes tipo 2. De hecho, esta es una de las enfermedades en las que se ha centrado el estudio de la UOC. La otra es la enfermedad del hígado graso ya que "son dos patologías crónicas de alta prevalencia en la sociedad que a menudo coexisten en los pacientes (en un rango de entre el 41,6 % y el 86 % de los casos) y que tienen asociada una elevada morbimortalidad".

La alcachofa destaca también por su elevado contenido en polifenoles, compuestos que le otorgan un potente efecto antioxidante y antiinflamatorio. Estudios han demostrado que este alimento ejerce una acción protectora frente a alteraciones metabólicas, procesos tumorales y enfermedades neurodegenerativas. Además, como es rica en inulina, un tipo de carbohidrato con función prebiótica que favorece la salud de la microbiota intestinal.

A esto se suma su aporte significativo de minerales y vitaminas, como la cinarina, un compuesto que protege las células del hígado y estimula la producción de bilis. Este efecto colerético facilita la digestión de las grasas y la eliminación de toxinas, previniendo afecciones hepáticas como la cirrosis o la hepatitis.

Además, contienen luteolina, así como ácidos cafeico y clorogénico, los cuales combaten el estrés oxidativo y neutralizan los radicales libres, por lo que conseguiemos retrasar el envejecimiento celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como las neurodegenerativas y cardiovasculares.

El estudio de la UOC

La intervención propuesta analiza tres grupos de pacientes: uno de control (sin cambios en su dieta), otro que sigue una dieta mediterránea estándar y un tercero que incorpora una dieta mediterránea enriquecida con el consumo de ocho alcachofas semanales que se prepararán mediante métodos de cocción saludables, como a la plancha, hervidas, al vapor o en el microondas. En esta primera fase del estudio, no se incluirán alcachofas en conserva, aunque, de obtener resultados positivos, se considerará esta alternativa para temporadas en las que el producto fresco no esté disponible.

Un aspecto destacado del proyecto es que ambos grupos sometidos a intervención también participan en sesiones de educación nutricional, diseñadas para fomentar una mayor adherencia a la dieta mediterránea. Hasta la fecha, los estudios que han investigado los beneficios de la alcachofa en la dieta generalmente lo han hecho mediante suplementos y no a través del consumo directo del alimento en su forma natural, por lo que esta iniciativa busca abordar esa limitación, ofreciendo nuevas perspectivas sobre su impacto real en la salud.

Este trabajo propone evaluar el impacto de la alcachofa y, si los resultados son positivos "sería un punto de partida para nuevos estudios con el objetivo de aumentar la evidencia sobre los beneficios de esta hortaliza y analizar de manera más concreta qué cantidad tiene un impacto positivo en la salud de los pacientes", concluye la doctora y autora del estudio, Lidia Arrabal. 

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