La alimentación en la etapa infantil influye en el desarrollo de la mandíbula
Alimentación infantil
La mandíbula es una estructura importante para la calidad de vida desde edades muy tempranas
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La infancia es una etapa crucial en el desarrollo de la mandíbula ya que los niños comienzan a experimentar con una variedad de alimentos sólidos y desarrollan sus habilidades de masticación. Los hábitos alimenticios y la nutrición adecuada juegan un papel significativo en el desarrollo de la mandíbula durante estos primeros años de vida.
La mandíbula es una estructura fundamental para la calidad de vida. No solo es responsable de la masticación y la fonación, sino que también desempeña un papel crucial en la alineación de los dientes y la apariencia facial.
La alimentación también influye en el desarrollo adecuado de la mandíbula desde una edad temprana hasta la etapa adulta.
Cómo influye la alimentación en el desarrollo de la mandíbula
- Hábitos alimenticios en la infancia. Los patrones de alimentación establecidos en la infancia pueden tener un impacto a largo plazo en la salud dental y maxilofacial. Es esencial que los niños tengan una masticación adecuada cuando consuman los alimentos. Es aconsejable introducir alimentos sólidos y de diferentes texturas de manera gradual. De esta forma, fortalecen la musculatura de la mandíbula y tienen un mejor desarrollo óseo.
- Lactancia materna vs. biberón. Es una elección personal, pero, en este caso, la lactancia materna beneficia al desarrollo saludable de la mandíbula ya que al ser una succión natural, los músculos orales y de la mandíbula en general se forman correctamente. En cambio, el uso de biberón o chupete perjudica a la posición y crecimiento de dientes y mandíbula. Es un problema que va a más, si el uso se prolonga más tiempo de lo que debería.
- Alimentos con nutrientes. Ofrecer a los menores una alimentación rica en nutrientes como el calcio o la vitamina D son especialmente importantes para el desarrollo óseo.
- Texturas y consistencia en los alimentos. Dar alimentos con diferentes texturas y consistencia es muy beneficioso para el niño. Por ejemplo, los productos que son más duros y fibrosos, como las manzanas o las zanahorias crudas, pueden estimular la masticación y ejercitar los músculos de la mandíbula. Sin embargo, siempre es importante asegurarse de que estos alimentos sean adecuados para la edad del niño y se les proporcionen de manera segura para evitar riesgos de asfixia.
- Atención a los hábitos perjudiciales. En la infancia, es fundamental supervisar y abordar cualquier hábito perjudicial que pueda afectar el desarrollo de la mandíbula. Estos pueden incluir el chuparse el dedo o el uso prolongado del chupete ya que interfieren en la alineación de los dientes y mandíbula, por lo que pueden necesitar corrección ortodóncica más adelante.
Alimentos y habla
La alimentación también influye en el desarrollo del lenguaje en el menor a la hora de hablar. Con el inicio de la alimentación complementaria, se empiezan a fortalecer las estructuras óseas de los bebés.
Si no adquieren la tonificación adecuada, se presentarán cambios que se reflejarán en un mal sellado de los labios. Esto afectará tanto en la función deglutoria que es la que se encarga de que los alimentos no se salgan de la boca, como en el habla y en la mala pronunciación de los sonidos bilabiales o labiodentales.
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