Los adolescentes, los más propensos a sufrir trastornos de la alimentación
En España aproximadamente 400.000 personas sufren algún trastorno de la conducta alimentaria
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El 30 de noviembre es el Día de la Lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria. Una jornada que nos recuerda anualmente la necesidad de visibilizar la importancia de la prevención y detección precoz de este tipo de patologías y huir de los juicios sociales que acompañan a este tipo de enfermedades.
En España aproximadamente 400.000 personas sufren algún trastorno de la conducta alimentaria, patologías que tienen especial incidencia en los jóvenes y que tienen un importante trasfondo psicológico y sociocultural en la mayoría de los casos.
Uno de los datos más preocupantes sobre este grupo de enfermedades es la resistencia que un 25% de las personas afectadas por ellas muestran al tratamiento. Además, la experiencia clínica demuestra que un 60% de los enfermos tienen tendencia a la recaída.
La incidencia de los trastornos alimenticios en adolescentes
Se da la circunstancia de que 3 de cada 4 afectados por TCA son adolescentes en edades situadas entre 12 y 24 años. En ocasiones, presentan patologías psiquiátricas asociadas, como ansiedad, depresión o abuso de drogas. Preocupa especialmente el hecho de que un 20% de las personas con anorexia o bulimia nerviosa hayan intentado suicidarse, según datos del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Mientras la anorexia y la bulimia son los TCA con mayor presencia durante en la adolescencia, los trastornos por atracón son más frecuentes en edades adultas. Este último cuadro se da cuando la persona come en exceso, de manera compulsiva y regular, aunque no tenga hambre.
En este grupo de trastornos el tratamiento que suele utilizarse es la terapia cognitivo-conductual para ayudar a la persona a afrontar mejor los problemas que provocan los episodios de atracones. “Tanto en el abordaje de esta patología, como en la obesidad, se están obteniendo resultados prometedores al emplear la estimulación cerebral no invasiva, concretamente a la hora de conseguir que la persona tenga un mayor control cognitivo de su problema”, explica la Dra. Cristina Giner, psicóloga clínica del Instituto BRAIN 360 de Barcelona.
Tipos más frecuentes de trastorno alimentario
- Anorexia nerviosa: es un trastorno de la alimentación potencialmente mortal que se caracteriza por un peso corporal anormalmente bajo, un gran temor a aumentar de peso y una percepción distorsionada del peso o de la figura corporal. Cuando la persona padece anorexia, limita en exceso la ingesta de calorías o usa otros métodos para bajar de peso de manera exagerada; por ejemplo, ejercitándose compulsivamente o tomando laxantes.
- Bulimia nerviosa: es un trastorno de la alimentación grave y al igual que la anorexia potencialmente mortal. La dinámica de la enfermedad consiste en tener episodios de atracones y purgas. Durante estos episodios, es normal que se consuma una gran cantidad de alimentos en un tiempo corto, debido a la culpa, la vergüenza y el temor ganar peso, la persona puede llegar a provocarse vómitos.
- Trastorno alimentario compulsivo: habitualmente la persona que padece este trastorno tiene atracones y la sensación de pérdida de control sobre lo que come. Puede comer con rapidez o consumir más alimentos de los que tienes pensado, incluso cuando no tienes apetito, y seguir comiendo mucho tiempo después de sentirte demasiado lleno.
- Trastorno de rumiación: consiste la regurgitación de los alimentos después de comer, pero que no se debe a una enfermedad ni a otro trastorno de la alimentación, como anorexia, bulimia o trastorno alimentario compulsivo. La comida vuelve a la boca sin náuseas ni arcadas, y puede que la regurgitación no sea intencional.
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