Durante el embarazo, debemos hacer algunos cambios y ajustes en nuestra rutina y estilo de vida, uno de ellos pasa sin duda por la alimentación. El bienestar físico y anímico se erige como prioridad, tanto en nuestras vidas como en la de ese bebé concebido. En consecuencia, en esta etapa nacen muchas dudas acerca de los mitos y verdades de la alimentación durante el embarazo. ¿Qué alimentos sí pueden suponer un riesgo real durante estos meses?
¿Qué está prohibido tomar?
- Quesos sin pasteurizar, blandos o azules, por riesgo de contener listeria. Mejor quesos tiernos, curados o semicurados y los quesos tipo burgos.
- Embutidos y fiambres no cocidos. Aun así, siempre se puede optar por la congelación de estos alimentos para eliminar todo riesgo de toxoplasmosis. Hay estudios recientes que afirman que el jamón curado durante más de 20 meses elimina la toxoplasmosis en caso de haberla. Si la toxoplasmosis es positiva, no hay restricciones.
- Carnes crudas o poco hechas (por riesgo de toxoplasmosis)
- Pescado crudo en general, ahumado o en salazón, así como crustáceos o moluscos crudos, por riesgo de listeria y anisakis. Si quieres comer sushi, pregunta en el restaurante si el pescado ha sido congelado a -20ºC durante 24-48 horas. En teoría, esto es de obligatorio cumplimiento por todos los restaurantes, con lo que una embarazada podría comerlo.
- Mayonesa casera, tortillas poco cocinadas o cremas y postres elaborados con huevo crudo
- Tabaco
- Alcohol. Aunque sí que es recomendable la cerveza 0,0 (la “sin” no, ya que lleva algo de alcohol), por su aporte de vitaminas, antioxidantes y minerales.
¿Cuáles deben evitarse?
- Bebidas estimulantes (café, té, infusiones, bebidas energéticas y refrescos). En el caso del té o el café, no se recomienda superar las 2 tazas al día como máximo. Por su parte, en cuanto a refrescos, es recomendable optar por los que son sin azúcar (las burbujas no son un problema).
- Hígado: Tiene un alto contenido en vitamina A, por lo que un exceso en este tipo de vitamina podría provocar defectos en el desarrollo del bebé, sobre todo en los primeros meses de embarazo.
- Algas (poseen un alto contenido en yodo), aunque para que afectaran negativamente al embarazo habría que tomarlas en grandes cantidades.
- Lucio, pez espada y atún rojo (por su alto contenido en mercurio y metales pesados). Sí se pueden tomar pescados blancos y salmón.
- Alimentos o guisos muy grasos, ya que la producción de hormonas en el embarazo enlentece las digestiones. Si ya de por sí las comidas grasas cuestan de digerir, para una embarazada puede provocar una digestión aún más pesada. Por ello, es mejor hacer más comidas al día pero de poca cantidad.
- Ensaladas o verduras crudas: Deben estar muy bien lavadas. Hay más riesgo de toxoplasmosis por frutas o verduras mal lavadas que por el jamón. Es recomendable no comer ensaladas fuera de casa, ya que desconoces cómo han sido manipuladas. Y en casa, lavarlas mucho, incluso las que van ya en una bolsita.