Si has contraído el norovirus, este es el tiempo de recuperación y los cuidados que debes tomar

El norovirus es un virus muy contagioso que provoca una infección gastrointestinal a la que se la conoce como gastroenteritis aguda. Este virus afecta a millones de personas todos los años en todo el mundo. Si has cogido este virus, es importante que conozcas cuánto tiempo puede durar la enfermedad en tu cuerpo y qué cuidados necesitas para recuperarte rápidamente y evitar contagiar a otras personas.

Por norma general, la infección por norovirus suele durar entre 1 y 3 días. Los síntomas, que van desde diarrea hasta fiebre, comienzan normalmente entre 12 y 48 horas después de la exposición al virus. Aunque muchas personas se recuperan completamente sin necesidad de tratamiento médico, en algunos casos, sobre todo en casos de niños pequeños, adultos mayores o personas con el sistema inmunitario debilitado, la enfermedad puede ser más grave y puede llegar a necesitar atención médica.

Una vez que desaparecen los síntomas, es posible que sigas excretando el virus en tus heces durante varias semanas. Esto significa que, aunque te sientas bien, podrías contagiar a otras personas si no sigues estrictas medidas de higiene.

¿Cuáles son los síntomas?

Los signos de la infección por norovirus pueden incluir:

• Diarrea líquida o blanda.
• Vómitos intensos y repentinos.
• Dolor abdominal o cólicos.
• Náuseas.
• Malestar general.
• Fiebre leve (febrícula).
• Dolores musculares.

En casos severos, el virus puede causar deshidratación grave, lo que sí es un riesgo importante para grupos vulnerables. Las señales de deshidratación son sequedad en la boca, fatiga extrema, mareos y disminución en la producción de orina. En niños, se puede notar irritabilidad y falta de lágrimas al llorar.

Cuidados durante la infección

Aunque no existe un tratamiento específico para eliminar el norovirus, hay varias medidas que puedes tomar para aliviar los síntomas y hacer que la recuperación sea más rápida.

Para empezar, es importante mantenerse hidratado constantemente. Beber líquidos es muy importante para prevenir la deshidratación. Evita el alcohol, el café y las bebidas azucaradas, que pueden empeorar la diarrea, mejor agua.

Una vez que los vómitos cesen o vayan a menos, ve metiendo alimentos suaves y fáciles de digerir como arroz, tostadas, plátanos, puré de manzana o galletas saladas. Nada de alimentos grasos, fritos o picantes. Además, es importante que te permitas descansar para que tu cuerpo pueda combatir el virus de manera eficaz.

Por otro lado, debes tener en cuenta que la higiene corporal también es necesaria. Lava tus manos con agua y jabón, sobre todo después de ir al baño y antes de comer. Los desinfectantes a base de alcohol no son tan eficaces contra el norovirus como el agua y el jabón. Por último, para prevenir el contagio, lo mejor es estar aislado (en la medida de lo posible) durante la enfermedad y por al menos 2 o 3 días después de que desaparezcan los síntomas.

El norovirus es muy contagioso y puede propagarse rápidamente en lugares cerrados como escuelas, hospitales, guarderías y cruceros. Para evitar su que el virus se propague, lo mejor es limpiar y desinfectar las superficies contaminadas con una solución de cloro o productos desinfectantes. Puedes también lavar la ropa y sábanas con agua caliente.

Además, cuando vaya a manipular alimentos, ten cuidado. Por ejemplo, lava bien frutas y verduras antes de consumirlas y asegúrate de cocinar los mariscos adecuadamente.

Aunque la mayoría de los casos se resuelven sin complicaciones, es fundamental acudir al médico si los síntomas te duran más de 3 días, si observas sangre en las heces, o si la fiebre supera los 38,5 ºC. Además, si tienes signos de deshidratación severa, como sequedad extrema, confusión o mareos frecuentes, debes ir al médico.

En las personas más vulnerables, como es el caso de los niños pequeños, las personas mayores, las embarazadas o quienes tienen el sistema inmunitario más débil, el norovirus puede provocar complicaciones graves como deshidratación severa que podría necesitar, en casos muy graves, hospitalización.