Un tratamiento frente a la esclerosis múltiple podría mejorar la pérdida de memoria del Alzheimer
Avance científico
El Alzheimer es una de las enfermedades más duras a la que se enfrentan tanto familiares como médicos. El motivo es que, hasta la actualidad, no existe medicación ni, por supuesto, cura y, a la vez, es una de las patologías más detectadas.
En el trabajo incansable de los científicos por paliar los efectos de esta enfermedad, un grupo de investigadores ha descubierto que un fármaco que ya se emplea en el tratamiento para la esclerosis múltiple podría aliviar las pérdidas de memoria de los pacientes con Alzheimer, uno de los síntomas más característicos y nocivos de la enfermedad.
Así se ha publicado en la revista Frontiers of Neuroscience, donde se han detallado los resultados de un experimento que se ha desarrollado con ratones y que ha demostrado la eficacia del acetato de glatiramer en estos animales.
El proceso experimental pasó por seleccionar a ratones hembras transgénicos, a los cuales se les inyectó una serie de mutaciones relaciones con el Alzheimer. Estos animales ya habían experimentado determinados signos de la enfermedad, y fue entonces cuando probaron a suministrarles el acetato glatiramer durante ocho semanas.
La conclusión alcanzada ha sido que, efectivamente, el suministro de esta sustancia a los roedores supone que, al cabo de las ocho semanas, se produce una mejora del rendimiento cognitivo y una disminución de la patología.
Proceso para trasladar los resultados a los humanos
El fruto de este estudio no implica un traslado automático a la práctica con humanos, de momento solo resulta una posibilidad que, dentro de algunos años y con mucha más investigación, pueda emplearse en enfermos de Alzheimer.
Se sabe que el acetato de glatiramer es un medicamento compatible y seguro para los humanos ya que se viene empleando en otro tipo de patologías, pero para su aplicación en la lucha contra el Alzheimer aún le quedan numerosos ensayos clínicos sobre su eficacia en este contexto específico antes de que se convierta en una realidad viable. No obstante, debido a su empleo ya extendido en humanos y al conocimiento que se posee sobre sus efectos secundarios, no será un proceso tan extenso como el que podría darse con medicamente completamente nuevos.
Y es que, aunque todavía no sea una realidad palpable, los autores han destacado que este ensayo ha arrojado luz sobre una posible opción poco explorada para el Alzheimer: el papel que juega en su desarrollo el sistema inmunológico y la posibilidad de atajar sus estragos modulando la respuesta inmune.
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