La caída del pueblo afgano a manos de los talibanes podría afectar a la erradicación de la poliomielitis
Enfermedades
El control de las tropas afganas podría paralizar totalmente las campañas de vacunación contra la enfermedad.
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La poliomielitis es un ogro que amedrentó al mundo durante el siglo XX, pero las exitosas campañas de vacunación han provocado que la enfermedad haya sido asediada, perseguida y acorralada de tal forma que en la actualidad es endémica en tan solo dos países: Afganistán y Pakistán. Ahora, la retirada de las tropas norteamericanas de Afganistán está poniendo en peligro el trabajo de más de tres décadas en la búsqueda de la erradicación de la poliomielitis, según noticias de Science. Pero, ¿por qué sigue existiendo el virus en estos países? y, ¿cuál es el riesgo?
La explicación es sencilla: los talibanes, que ahora controlan grandes franjas del país, han bloqueado en sus áreas de influencia y en los tres últimos años las campañas de vacunación casa a casa, lo que pone a más de tres millones de niños fuera del alcance de las campañas de vacunación y permitiendo que el virus continúe en circulación.
Según explica Wikipedia originalmente, el virus altamente infeccioso era contraído por infantes poco después de nacidos, cuando aún estaban protegidos por anticuerpos maternales. Esta infección natural servía para inmunizar al infante, protegiéndolo de por vida. Sin embargo, ''cuando la cadena de inmunización fue interrumpida por la eliminación del virus del ambiente por el desarrollo de condiciones higiénicas y niños crecían desprotegidos, dando lugar a poblaciones susceptibles. Si el virus invadía dichas poblaciones, las epidemias evolucionaban rápidamente.''
Con el paso de los años y el cambio en el comportamiento de la humanidad y sus rutinas, los casos de poliomielitis natural fueron erradicandóse en grandes núcleos de población. Sin embargo, según otro artículo publicado en The Conversation, todo cambió a principios del siglo XX, cuando los brotes de polio tuvieron un crecimiento gradual en todo el mundo. Hasta el final del siglo XIX y comienzos del siglo XX la polio se comportaba como una enfermedad esporádica que afectaba principalmente a los niños. Desde 1988 los casos de poliomielitis han descendido en un 99,9% gracias también a las campañas de vacunación que, desde el año 2000, han administrado más de 10.000 millones de dosis de la vacuna oral. Pese a ello, la enfermedad sigue siendo una emergencia de salud pública de importancia internacional.
''En 1916, en los Estados Unidos sufrieron una descomunal epidemia de poliomielitis que supuso una de las primeras grandes crisis de salud pública. Los estados de Massachusetts, Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut registraron un número muy alto de infecciones. En todo el país fueron documentadas más de 23.000 personas infectadas y más de 5.000 muertes por la enfermedad'', explica el catedrático de Microbiología de la Universidad de Salamanca, Raúl Rivas.
En los EE. UU, el último caso de poliomielitis natural ocurrió en 1979. Sin embargo, y pese a los esfuerzos mundiales por erradicarla, el virus sigue afectando en estas zonas. La huida de los locales del país tras la invasión y la toma del control del país por parte de los talibanes, así como su acogida en otros países por formar parte de grupos de colaboración, podría contribuir a su expansión.
¿Qué es la poliomielitis?
La poliomielitis es una enfermedad viral contagiosa que, en su forma más grave, provoca lesiones a los nervios que causan parálisis, dificultad para respirar y, en algunos casos, la muerte.
Esta enfermedad es causada por una infección con el poliovirus. El virus se propaga por diferentes vías, las más comunes suelen ser el contacto directo de persona a persona, el contacto con moco o flema infectados de la nariz o de la boca o el contacto con heces infectadas.
El virus entra a través de la boca y la nariz, se multiplica en la garganta y en el tracto intestinal para luego ser absorbido y diseminarse a través de la sangre y el sistema linfático. Algunas personas que presentan síntomas por el virus de la poliomielitis contraen un tipo de poliomielitis que no provoca parálisis (poliomielitis abortiva). Esto generalmente provoca los signos y síntomas leves, parecidos a los de la influenza, típicos de otras enfermedades virales.
orma más grave de la enfermedad es poco común. Los signos y síntomas iniciales de la poliomielitis paralítica, como la fiebre y el dolor de cabeza, suelen ser similares a los de la poliomielitis no paralítica. En una semana, sin embargo, aparecen otros signos y síntomas específicos como pérdida de reflejos, dolores musculares intensos o extremidades flojas y poco rígidas (parálisis flácida).
La infección habitualmente es asintomática, en el 95% de los casos, o cursa con astenia, anorexia y malestar general. Sin embargo, en el 0,1% de los pacientes la enfermedad evoluciona a la forma espinal paralítica.
Según se expone en el artículo de Rivas ''antes de instaurar la vacunación el pronóstico de la forma paralítica asociaba una mortalidad del 5-10% que se elevaba al 20-60% en los casos con afectación bulbar. Dos tercios de los pacientes con parálisis quedaban con secuelas.''
Riesgos de propagación tras la crisis afgana
El artículo del microbiólogo explica que a principios del mes de junio de 2021, cinco trabajadores sanitarios que llevaban a cabo una campaña de vacunación contra la poliomielitis en la provincia afgana de Nangarhar murieron durante una serie de ataques extremistas dirigidos.
Esto provocó que se suspendiera ''la actividad que pretendía proteger del virus a más de 10 millones de niños menores de cinco años''. El doctor Ramiz Alakbarov, coordinador residente y humanitario de la ONU en el país, dijo que estaba consternado por la brutalidad de estos asesinatos y que la violencia sin sentido debía cesar.
Lamentablemente, la perspectiva futura del combate contra la poliomielitis en Afganistán es aterradora. Hasta ahora, el 85% de todos los casos de poliomielitis ocurrían en áreas inaccesibles debido al control talibán. Ahora que este será total, el volumen de propagación podría aumentar tan rápido como la propia invasión.
Además, la pandemia de covid-19 empeora la situación. El presente es incierto y el futuro amenazador. Afganistán y Pakistán comparten 2.670 kilómetros de frontera y el virus no necesita visado para viajar. Esto se une a la posibilidad de que la acogida de niños que puedan padecer la enfermedad pudiera desencadenar un problema a nivel de contagios en los países de destino.
Existen resquicios para la esperanza porque recientemente los talibanes dieron luz verde a la GPEI a través de un plan plan estratégico para el periodo 2022-2026 que tiene como objetivo interrumpir toda la transmisión de la poliomielitis en Afganistán y Pakistán para fines de 2023.
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