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En la era digital, estamos constantemente conectados a través de dispositivos electrónicos y plataformas en línea. Sin embargo, desconectarse de estas nuevas tecnologías puede tener diversos efectos en el cerebro, tanto positivos como desafiantes.
Cuando nos alejamos de las nuevas tecnologías, el exceso de información en el cerebro se reduce, por lo que bajan los niveles de estrés y ansiedad a causa de la constante exposición a notificaciones, correos electrónicos y actualizaciones en redes sociales. En este sentido, mejora la atención y concentración ya que no tienes distracciones y el cerebro tiene la oportunidad de enfocarse en una sola tarea ya que cuando estás pendiente de las notificaciones del teléfono, la atención se pierde continuamente interrumpiendo todo el rato la concentración.
Esto se traduce en una mejor gestión del tiempo acompañado de una mayor eficiencia y capacidad de organización para hacer otras tareas. Cuando desconectas digitalmente, estás dejando espacio en el cerebro para que explore nuevas ideas, pensamientos y posiciones de diferentes perspectivas, fomentando así, la creatividad. Estar constantemente inmersos en el mundo digital puede desconectarnos de la realidad física que nos rodea. Al alejarnos de las nuevas tecnologías, el cerebro se reconecta con el entorno, permitiendo apreciar más lo que nos rodea.
Desconectar de las nuevas tecnologías puede presentar para las personas un gran desafío ya que muchos no saben e, incluso, les crea ansiedad estar lejos de sus dispositivos electrónicos. De ahí, surge el concepto de nomofobia. No es una patología como tal, pero sí es consecuencia de una "adicción" por el uso desmedido del teléfono móvil el cual se usa para muchas cosas, menos para hablar. Veamos qué efectos produce en la persona esa desconexión tecnológica:
Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) no hay acuerdo entre la comunidad científica para hablar de adicción a Internet y las redes sociales, por lo que no se puede considerar que técnicamente una persona sea adicta al móvil. Lo que sí pueden confirmar es que "hay un uso problemático y abusivo de internet o de las dispositivos digitales".
El uso de las nuevas tecnologías es ya un fenómeno masivo, de tal manera que, según el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad (ONTSI), el 98% de los niños entre 10 y 15 años utiliza Internet de forma habitual, el 90% tiene ordenador y un 70% móvil.
Lo cierto es que aunque un uso problemático de Internet puede producirse a cualquier edad, los niños y adolescentes son más propensos dadas sus características y momento evolutivo.
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