La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Las salpas son unos invertebrados que se se han podido ver en grandes cantidades durante los últimos meses en diversas playas especialmente en las situadas en la costa del Cantábrico. Aunque su aspecto puede recordar a las medusas, son criaturas marinas distintas, inofensivas y que cumplen un importante papel en su ecosistema.
Este ser vivo se caracteriza por su aspecto gelatinoso y transparente, motivo, unido a que es un invertebrado, por el que los bañistas pueden confundirlo con plásticos o con una medusa. Sin embargo, al contrario que algunas medusas, las salpas son inofensivas y tampoco deben confundirse con el pez salpa (Sarpa Salpa) con el que coincide su nombre y que habita en las aguas del Mediterráneo.
Estas criaturas, los sálpidos o Salpidae en su denominación científica, pertenecen a la familia de los tunicados. Se trata de criaturas marinas que se desplazan a través de la contracción, bombeando el agua para poder moverse. También destacan por tener una forma parecida a la de un barril y pueden llegar a medir unos 10 centímetros.
Aunque pueden verse solas, es habitual que se encuentren en grupos, formando colonias en forma de largas cadenas que pueden agrupar centenares de salpas.
Se alimentan de fitoplancton, unos organismos vegetales que producen la fotosíntesis, además de ser uno de los principales transformadores de dióxido de carbono en oxígeno del planeta. Además, el cuerpo transparente de las salpas permite saber si se han alimentado, ya que de haber consumido fitoplancton su estómago tendrá una tonalidad marrón.
Además su alimentación es uno de los principales motivos por los que se explica que hayan llegado en gran número a las playas esposas este verano, ya que una mayor presencia de fitoplancton en las aguas, llevan a una mayor reproducción (de forma asexual) de las salpas. Una mayor presencia de estas criaturas en respuesta a un aumento del fitoplancton hace que sirvan como limpiadoras al consumir el mismo, colaborando así en que se mantenga el correcto equilibrio de su ecosistema.
Hay que tener en cuenta de que estos invertebrados viven en el agua, por lo que no deben ser trasladados a la superficie, ya que no pueden sobrevivir en ella. Por ello, y teniendo en cuenta que son seres inofensivos, lo mejor que se puede hacer si ve una (o unas cuantas) durante el baño es dejarla tranquila y aprovechar para observar a estas curiosas criaturas.
El verano de 2024 no es el primero en el que las salpas han hecho aparición en las costas españolas. Por ejemplo, en 2019 las playas andaluzas de provincias como Granada recibieron una visita masiva de estas criaturas marinas, que de vez en cuando se acercan a las costas empujadas por la presencia de alimento, las corrientes marinas o temporales (que es el motivo que se barajó para explicar su aparición en las playas de Andalucía hace unos años). A comienzos de 2021 también se informó de su presencia, aunque aquella vez fue en el norte peninsular, concretamente en las aguas del País Vasco.
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