Estas son las razones por las que los adolescentes aumentan el consumo de ultraprocesados cuando están delante de las pantallas

Investigación y Tecnología

Cuando los adolescentes están solos delante de las pantallas, se incrementa la necesidad de consumir estos productos

Existen evidencias de que cuando las comidas se realizan en el entorno familiar existe una mejoría en la adherencia a la dieta mediterránea

Alimentos procesados y ultraprocesados, ¿cuál es la diferencia?

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Hombre comiendo delante del ordenador / Freepik

Cuidar la alimentación es todo un reto para la población en general cuando tenemos tantas tentaciones, productos adulterados y con sabores potenciados para que nos gusten más y queramos repetir. Pero para la población adolescente es un camino más difícil ya que pasan más tiempo solos y solos delante de las pantallas. Una situación que se incrementa en las vacaciones que, en verano, no suelen coincidir con las de sus cuidadores.

Así pues productos como refrescos, pizzas, zumos industriales, patatas fritas, bollería industrial, barritas, dulces y algunos precocinados, es decir, los considerados ultraprocesados se encuentran entre los menús principales sobre todo cuando están solos, convirtiéndose en la principal razón de consumo de estos alimentos.

Para las marcas de estos productos, el público adolescente es el blanco fácil a donde apuntar. "La disponibilidad de estos productos, su sabor agradable, su facilidad en la preparación y consumo, así como el marketing, también fueron percibidos como factores potenciadores del consumo y de la idealización" de estos productos, explica Mònica Rodríguez-Barniol, investigadora del FoodLab de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y líder del estudio sobre el uso del tiempo de pantalla y consumo de alimentos ultraprocesados en adolescentes.

El resultado del estudio manifestó que la publicidad que sale en las pantallas "podría tener un efecto en sus patrones dietéticos", aunque, según Rodríguez-Barniol, hacen falta más investigaciones que puedan demostrar que su regulación podría ser una buena medida para paliar su consumo.

Influencias del entorno digital y tiempo frente a pantallas

El entorno digital ha cobrado una influencia notable en los hábitos alimentarios de los adolescentes en España. El tiempo que los jóvenes pasan frente a pantallas, ya sea en dispositivos móviles, ordenadores o televisores, está directamente relacionado con un aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados. La explicación detrás de esto radica en varios factores.

Primero, la exposición prolongada a dispositivos electrónicos reduce la capacidad de autocontrol, lo que lleva a un consumo más compulsivo de alimentos poco saludables. Cuando los adolescentes están solos y concentrados en actividades digitales, como videojuegos o redes sociales, tienden a consumir más snacks ultraprocesados, sin prestar atención a la cantidad ingerida.

Además, este comportamiento se ve reforzado por la publicidad de alimentos que aparece en estas plataformas. Los anuncios, a menudo presentados por influencers populares entre los jóvenes, promueven el consumo de productos ultraprocesados, haciendo que estos alimentos sean aún más atractivos.

Mejor comer en familia

Este estudio ha dejado patente que cuando los adolescentes están solos delante de las pantallas, se incrementa la necesidad de consumir estos productos. Una vez que han empezado a comerlos, les es difícil parar de hacerlo por lo que los consumen de forma compulsiva.

Por otra parte, la experta asegura que "Existen evidencias de que cuando las comidas se realizan en el entorno familiar, donde los padres actúan como modelos a seguir, no solamente se limita el tiempo de exposición a pantallas, sino que existe una mejoría en la adherencia a la dieta mediterránea".

Y algunos adolescentes tenían sensación de culpa por haber consumido más productos ultraprocesados de los que querían, y en algunos casos trataban de compensarlo haciendo más ejercicio físico.

Sin embargo, la investigadora subraya en el portal EFE Salud, que no se debería hablar de compensación porque “esto podría incitar al consumo” de estos productos.

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