¿Cuáles son los síntomas de la meningitis en niños?
La meningitis es una inflamación de los tejidos que recubren la médula espinal y el cerebro pero que, con un buen tratamiento, no debe ocasionar daños muy fuertes en los niños
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La meningitis es una inflamación de los tejidos que recubren la médula espinal y el cerebro, llegando a poder afectar este último. Sin embargo, con un tratamiento correcto y un temprano diagnóstico, quienes la contraen suelen mejorar sin mayor tipo de complicaciones.
Casi todos los casos de meningitis conocidos son causados por consecuencias víricas. Gracias a las vacunas, la meningitis bacteriana ha podido pasar a un segundo plano. No obstante, y aunque la forma viral no es muy peligrosa, puede afectar notablemente en niños de hasta un año de edad.
Sin embargo, si la meningitis contraída es bacteriana, el tratamiento y recuperación serán algo más complicados. Esta enfermedad, que puede llegar a ser muy grave, se da en menor medida gracias a la función protectora de las vacunas, no obstante, suele darse en niños menores de dos años. Esta bacteria suele encontrarse en la garganta y la boca de niños con buena salud, sin ser esto precedente de la enfermedad, ya que afecta tan sólo a aquellos que tienen la bacteria entre el flujo sanguíneo.
Detectar la meningitis suele ser bastante sencillo, y tan solo necesitarás una visita al médico de cabecera para que confirme las sospechas. Estos síntomas, que suelen aparecer días después de un resfriado (en algunas ocasiones, aparecen de imprevisto), suelen ser fiebre, falta de energía, irritabilidad, dolor de cabeza, sensibilidad a la luz, rigidez de cuello y erupciones de piel. Así mismo, la diarrea o cualquier síntoma de infección también forman parte de los más ocasionales cuando se contrae la enfermedad.
Algo diferente sucede si la meningitis es contraída por bebés, que llegan a presentar otro tipo de síntomas. Estos, pueden llegar a estar muy somnolientos, pueden ser difíciles de despertar, así como no alimentarse bien y estar inquietos durante todo el día, llegando a ser muy complicado controlarlo y tranquilizarlos. De igual manera, y como los niños más mayores, pueden presentar fiebre y áreas abultadas en su piel. No obstante, si el niño presenta una tonalidad amarilla en la piel, una rigidez corporal, temperatura más baja de lo normal, un llanto agudo o una succión débil a la hora de alimentarse, lo mejor será acudir lo antes posible al doctor.
Si la respuesta tras ir a la consulta es que, efectivamente, el niño ha contraído meningitis, es muy importante mantener la calma y comenzar con las pautas indicadas por los especialistas para la pronta recuperación, que suele darse en un plazo de 7 a 10 días.
En su mayoría, los niños suelen recuperarse en casa, a no ser que el médico vea conveniente mantenerlo ingresado para un mayor cuidado. El tratamiento, por su parte, incluye reposo, ingesta de líquidos, y analgésicos para calmar el dolor.
No obstante, si la meningitis es bacteriana, la medicación irá suministrada por vía intravenosa, suministrando también líquidos para compensar el sudor, los vómitos y la pérdida de líquidos que haya podido tener el menor.
Se recomienda, para prevenir esta enfermedad, la vacunación de los niños en sus respectivas edades apropiadas para ello. La vacuna del sarampión, el Hib, el neuromoco o las paperas pueden llegar a proteger contra la meningitis, ya que muchos de los gérmenes de estas otras son los causantes de provocarla.
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