¿Qué síntomas físicos evidencian el estrés?

La psiquiatra Marian Rojas ha hablado en el programa ‘Fin de Semana’ de Cadena COPE sobre los síntomas físicos del estrés

Inflamación, dolor de cabeza, de estómago o de articulaciones, son algunos de los posibles síntomas

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Cortisol: todos los síntomas que te indican que tienes alta la hormona del estrés
Cortisol: todos los síntomas que te indican que tienes alta la hormona del estrés

El estrés es una de las grandes preocupaciones médicas en la actualidad. Según una encuesta realizada por la Asociación Psiquiátrica Americana (APA), en 2024, el 43% de los adultos asegura padecer más ansiedad que el año anterior. Asimismo, el estrés (53%) y la falta de sueño (40%) son los factores que más influyen en la salud mental de los encuestados. 

Por su parte, España no se queda lejos de estos datos y, si en 2022 se situaba en quinta posición a nivel europeo, en 2023 casi tres de cada cuatro trabajadores afirman haber sentido estrés laboral, o síndrome de burnout, por lo menos una vez durante ese año (76%).

Asimismo, existe una serie de síntomas asociados que evidencian la presencia de altos niveles de estrés, tal y como la psiquiatra Marian Rojas ha asegurado en el programa ‘Fin de Semana’ de Cadena COPE. En este sentido, hablamos de la posibilidad de las enfermedades psicosomáticas: la vuelta a la rutina acompañada de dolores de cabeza, de estómago o de inflamación.

La unión entre la mente y el cuerpo

“Este es un tema apasionante”, así empieza la experta a relatar cómo influyen las emociones en nuestro estado físico. “A lo largo de la historia, diferentes médicos, de distintas culturas y países, han hablado de la unión entre la mente y el cuerpo”, sostiene en referencia a la cita latina Mens sana in corpore sano.

Sin embargo, con el tiempo, “la medicina ha ido subespecializándose”, prosigue. En este sentido, la experta cuenta su experiencia en la carrera, cuando leía en los libros de texto las enfermedades con su respectiva lista de probables causas; y abajo siempre había un apartado que añadía “otras causas, dos puntos: psicológicas, estrés”. En pocas palabras, podía traducirse como causas con una mínima probabilidad, “cuando ya no quedaba alternativa”.

El cortisol como causante del estrés

El interés de Marian Rojas en esta materia surgió a raíz de un estudio publicado por la Universidad de Harvard, que mostraba un dato bastante revelador: “El 80% de las consultas médicas de Atención primaria tenían que ver con emociones reprimidas y situaciones de estrés”. Un hecho que, además, se ha visto considerablemente agravado después de la pandemia por la Covid-19.

Fue entonces cuando Rojas decidió investigar sobre el cortisol, más conocido como la “hormona del estrés”. En sus palabras, “nosotros nos ponemos en alerta ante ciertas cosas que nos suceden. Y ese estado de alerta se activa cuando nuestra supervivencia está en juego”. El problema llega en el momento en el que la tensión permanece aunque no haya un peligro real. Se trata de algo puramente emocional.

“Esa es la clave: el cortisol se activa”, concluye. “Cuando estoy constantemente en estado de supervivencia por un estado de estrés mantenido, que puede ser porque estoy lidiando contra una batalla diaria; o por algo del pasado que tengo sin resolver; o por pensamientos negativos o intrusivos que me atormentan; o porque tengo miedo al futuro… yo me intoxico de cortisol, me inflamo y ahí llega la inflamación, por ejemplo”, prosigue la especialista.

De los dolores de cabeza a la inflamación: síntomas físicos del estrés

Nuestro cuerpo es un reflejo de lo que sucede en su interior. Por ello, es importante velar por la salud mental de una forma adecuada. En el caso de estrés prolongado, o estrés crónico, pueden desarrollarse síntomas físicos que ponen de manifiesto una realidad inherente a la persona, que sucede bajo la piel. “El cortisol actúa sobre nuestro cuerpo”, añade Marian Rojas; y es imprescindible buscar asistencia.

Además de la ya mencionada inflamación, los síntomas ocasionados por esta situación son muy variados y complejos. “Dolores de estómago, de cabeza, de articulaciones e incluso de espalda”, enumera la psiquiatra, al tiempo que confiesa: “a mí se me inflaman las encías y me sangran”.

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