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La enfermedad de Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más común después de la enfermedad de Alzheimer. En España, afecta a alrededor de 150.000 personas, con unos 10.000 nuevos casos al año, y a unos 4 millones en todo el mundo. Los estudios de prevalencia han indicado que el 3% de la población mayor de 60 años sufre de esta enfermedad, y que un 10% de los casos corresponden a formas tempranas de inicio de la enfermedad, que se manifiesta en personas de entre 30 y 40 años. Aunque los síntomas motores síntomas motorescomo el temblor, la lentitud y la rigidez son los que definen el diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, actualmente se reconocen ampliamente las complicaciones "no motoras" asociadas a la enfermedad. Estas complicaciones suelen ser infradiagnosticadas y poco comprendidas. Así, los cambios en la psiquiatría o en la conducta, el deterioro cognitivo y los trastornos del sueño son algunas de las alteraciones no motoras alteraciones no motorasmás comunes durante el proceso de la enfermedad.
Estos síntomas están ligados a la pérdida de neuronas en varias partes del cerebro, incluyendo la sustancia negra, una fuente importante de dopamina para el cerebro que parte de los ganglios basales, un grupo de estructuras que controlan la postura y el movimiento voluntario, así como la regulación del estado de ánimo y procesos cognitivos como la memoria y la atención, entre otros. Así, este proceso puede provocar síntomas que van desde depresión hasta alucinaciones y delirios.
Así lo ha expuesto Javier Pagonabarraga Mora, neurólogo del Hospital de Sant Pau en Barcelona, durante el encuentro científico CNS Exeltis Day en Madrid, donde presentó su trabajo sobre alucinaciones "menores" en personas que padecen la enfermedad de Parkinson y demencia por cuerpos de Lewy, dos condiciones que él trata regularmente en su práctica clínica. En ambos casos, las personas tienen una tendencia a desarrollar alucinaciones y delirios.
Los delirios son creencias falsas o irracionales que una persona mantiene firmemente, incluso cuando se le presenta evidencia de lo contrario. Los delirios en la enfermedad de Parkinson suelen estar relacionados con la paranoia, la desconfianza y la sospecha. Esto suele ser un indicativo precoz de la enfermedad, especialmente si se combinan con otros síntomas no motores de la enfermedad, como el trastorno del sueño REM y el estreñimiento.
Los pacientes con Parkinson pueden sufrir de psicosis, lo que se refleja en alucinaciones o delirios que distorsionan su percepción de la realidad, generando miedo y prejuicio hacia sí mismos. Según estudios, más del 50% de los pacientes con Parkinson desarrollan en algún momento síntomas psicóticos a lo largo del curso de la enfermedad. En estos casos, hay una alucinación concreta que se manifiesta junto a estos síntomas: las sombras.
Así, durante su formación como residente, Pagonabarraga se interesó por las alucinaciones menores, que ocurren antes de las alucinaciones visuales estructuradas en la enfermedad de Parkinson. Con esta motivación, este experto, tanto en su experiencia como investigador como en la clínica, ha estudiado las alucinaciones y delirios en la enfermedad de Parkinson como indicadores de alteraciones en ciertas partes del cerebro.
Cabe destacar que, en general, en la enfermedad de Parkinson, estas alucinaciones ocurren brevemente en condiciones de baja iluminación y no son perturbadoras para el paciente. Las alucinaciones visuales son las más frecuentes, siendo descritas como imágenes bien definidas, como personas o animales. Sin embargo, en otros casos, pueden ser más complejas y contribuir a la confusión y, en última instancia, a la aparición de síntomas delirantes o de paranoia.
Con el tiempo, las alucinaciones y delirios se vuelven más frecuentes y pueden afectar hasta el 80% de los pacientes con enfermedad de Parkinson en tres años. Además del interés científico, estos síntomas son importantes debido a su impacto en la calidad de vida de los pacientes.
En este sentido, identificarlas puede ser un marcador útil para detectar la enfermedad en estadios tempranos. Hay tres categorías de alucinaciones: menores, estructurales y delirios
Según indica Javier Pagonabarraga, las alucinaciones de pasaje, que son la sensación de que algo indefinido se mueve en el campo visual cercano, son las alucinaciones más comunes en la enfermedad de Parkinson. Así, las alucinaciones menores son los signos más precoces de la enfermedad, mucho más frecuentes que las estructuradas y similares entre pacientes.
Pagonabarraga ha estudiado el fenómeno con su equipo. En un tercio de los pacientes las alucinaciones eran previas a los síntomas del movimiento, y ofrecían indicios de ser marcador de formas más agresivas de la enfermedad. Los estudios muestran que las áreas del cerebro afectadas son similares a las de las alucinaciones más estructuradas, pero aún no se comprenden completamente las diferencias.
Los pacientes con alucinaciones más leves también pueden experimentar pérdida de sustancia gris y un patrón progresivo de degeneración en las áreas cerebrales implicadas en el procesamiento visual, lo que se correlaciona con un mayor deterioro cognitivo.
Pese a estos resultados, es importante señalar que este estudio es preliminar y que se necesitan más investigaciones para confirmar estos hallazgos. Además, no todas las personas que experimentan alucinaciones visuales desarrollarán Parkinson en el futuro, aunque resulta interesante y a tener en cuenta este fenómeno en el diagnóstico precoz de las enfermedades neurodegenerativas.
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