Los signos de alerta en una quemadura solar: Cuándo debes empezar a preocuparte

La exposición solar exposiciónsolarprolongada y repetida que ocasiona quemaduras por el sol aumenta el riesgo de presentar otros daños en la piel y ciertas enfermedades. Por este motivo, llegadas estas fechas en las que estamos a punto de dar la bienvenida al verano, y los rayos solares como compañeros, es importante tomar medidas de prevención para el cuidado de la piel cuidado de la piely prestar atención a la salud de la misma. En nuestra búsqueda por conseguir el bronceado perfecto, algunas veces sin protección, pueden generar quemadurasquemaduras como respuesta negativa de nuestra propia piel.

El bronceado es la manera que tiene el cuerpo de bloquear los rayos UV para evitar las quemaduras por el sol. Pero la protección tiene un límite. Demasiada luz UV genera que la piel se queme. La mayoría de ellas, si la exposición no es excesiva, suelen provocar irritación, y síntomas molestos de hipersensibilidad y descamaciones. Sin embargo, otras quemaduras pueden provocar lesiones más serias que requieran de atención médica. ¿Cuándo debemos empezar a preocuparnos? Te contamos sus complicaciones y signos más comunes.

COMPLICACIONES

El sol puede causar quemaduras de primer grado (enrojecimiento y dolor) o de segundo grado (ampollas) en las zonas del cuerpo expuestas. La exposición prolongada a la luz del sol a largo plazo aumenta el riesgo de cáncer de piel y produce envejecimiento de la piel.

Las quemaduras leves, pueden tratarse con cuidados específicos desde casa, o incluso pasados los días. Si queremos acelerar la recuperación y hacer el proceso más llevadero, comienza a ingerir muchos líquidos, poner aftersun varias horas al día, aplicar duchas y compresas frías, vestir ropa holgada y evitar a toda costa exponerse el sol hasta que la piel esté completamente recuperada.

En los otros casos, los síntomas de una quemadura más grave se pueden percibir pasadas pocas horas. Entre los síntomas más comunes está la aparición de ampollas. Estas ampollas deben tratarse porque tienen un elevado riesgo de infecciones secundarias, la pigmentación parcheada o erupciones. Debemos revisar si la quemadura se extiende por una parte importante del cuerpo.

Los signos de infección manifiestan hinchazón, dolor, pus o rayas rojas que se alejan de una ampolla abierta. Además, no suele mejorar a los días si no se aplica un tratamiento adecuado.

Si además de esto comienzas a manifestar fiebre alta, desorientación, mareos, desmayos o deshidratación, busca la atención médica más inmediata pues puede ser un síntoma de insolación o deshidratación grave que necesitará de fluidos intravenosos, más allá de la lesión cutánea.

Aunque estos síntomas no ocurran y las lesiones empiecen a hacerse más notables, acudir al médico resultará esencial para detener una posible infección o una lesión más grave pasado el tiempo como queratosis actínica y queratosis solar (lesiones precancerosas).

Melanoma, la consecuencia más grave

Las quemaduras por el sol durante la infancia y la adolescencia pueden aumentar el riesgo de tener melanomas más adelante en la vida. Esto puede provocar lo que conocemos como melanoma o cáncer de piel. Aunque no es el más frecuente, el melanoma es el cáncer de piel que más muertes provoca.

Algunos tipos de cáncer de piel comienzan como un pequeño bulto o como una herida que sangra fácilmente, forma costra, se cicatriza y luego vuelve a abrirse. En el caso del melanoma, un lunar existente puede cambiar, o podría aparecer un nuevo lunar de aspecto sospechoso.

Estos tipos de lunares suelen aparecer en zonas expuestas al sol durante mucho tiempo. Comienza como una mancha plana tostada que de a poco se oscurece y se agranda. Debes prestarles mucha atención y acudir al médico algún cambio molesto en la piel o el cambio de textura, tamaño o apariencia en algún lugar.

En esta imagen puedes diferenciarlos de un lunar y observar los diferentes tipos: