¿Qué significa que no te gusta que te hagan fotos?
Investigación y Tecnología
La aversión a ser fotografiado puede relacionarse con la dismorfia corporal, es decir, por una preocupación excesiva por los defectos percibidos en la apariencia física
La foto, en la mente de la persona, se convierte en un objeto permanente de juicio
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El rechazo o la incomodidad de ser fotografiado es un fenómeno más común de lo que solemos pensar ya que hay personas a las que no les gusta que las fotografíen y les produce un profundo malestar enfrentarse a ver lo que sale en la imagen. A pesar de vivir una era en la que la imagen y la autorrepresentación están más presentes que nunca, muchas personas se sienten realmente incómodas cuando les hacen fotos, llegándoles a crear una sensación de ansiedad considerable el hecho de mirar su propia fotografía.
Este fenómeno, aparentemente inofensivo, esconde diferentes causas psicológicas importantes, algunas de las cuales están relacionadas con la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos, es decir, a la autoimagen, así como también a otros factores culturales y sociales.
"El trastorno dismórfico corporal ha aumentado en los últimos años considerablemente por el uso de filtros en las redes sociales"
Según estudios en psicología social, la manera en la que nos percibimos a nosotros mismos no siempre coincide con la que los demás tienen de nosotros.
El psicólogo Carl Rogers, uno de los más influyentes en el campo del humanismo, hablaba del 'yo percibido' que es cómo creemos que somos en la vida cotidiana y el 'yo ideal' que es cómo desearíamos ser. Cuando alguien se enfrenta a una imagen de sí mismo que no coincide con su 'yo ideal' puede surgir una disonancia emocional ya que ver una fotografía que no se ajusta a nuestra idea interna de quiénes somos o cómo deberíamos lucir puede producir en la persona una sensación de incomodidad o, incluso, rechazo hacia esa imagen y hacia sí misma.
Presión por alcanzar estándares
La aversión a ser fotografiado también puede relacionarse con la dismorfia corporal, un trastorno que afecta a 1 de cada 50 personas en el mundo y se caracteriza por una preocupación excesiva por los defectos percibidos en la apariencia física, que son a menudo insignificantes o inexistentes, pero la persona los ve en gran magnitud. Este trastorno ha aumentado en los últimos años considerablemente por el uso de filtros en las redes sociales.
El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales reconoce el trastorno dismórfico corporal como una condición en la que la persona puede experimentar una angustia intensa relacionada con su apariencia y las fotografías es una manera de amplificar esta preocupación. Para las personas que experimentan dismorfia corporal, una foto puede parecer una confirmación de sus miedos más profundos, es decir, la prueba que evidencia que su aspecto físico no es lo que ellos desean que sea y esto produce una explosión de ansiedad.
Además, algunos estudios han explorado el concepto de la autoconciencia pública, que es la preocupación de una persona por cómo la perciben los demás. Ese temor a la evaluación negativa juega un papel fundamental aquí. Las personas que son más sensibles a la percepción ajena pueden sentir un fuerte malestar al ser fotografiadas, porque la foto, en su mente, se convierte en un objeto permanente de juicio.
"La presión por alcanzar ciertos estándares estéticos aumenta la sensación de no ser lo suficientemente atractivo"
Los investigadores Fenigstein y Scheier, en su estudio sobre la autoconciencia pública, manifiestan que esta hiperconciencia de cómo los demás nos ven puede inducir una ansiedad paralizante en situaciones sociales, incluidas las fotos. Una imagen fija puede parecer una prueba inmutable de nuestras imperfecciones y un recordatorio constante de que, en nuestra opinión, no somos lo suficientemente "buenos" para ser vistos.
Además de las implicaciones relacionadas con la autoimagen y la percepción social, hay elementos de la cultura contemporánea que también influyen en esta incomodidad. La presión por alcanzar ciertos estándares estéticos promovidos por los medios de comunicación y las redes sociales puede amplificar la sensación de no ser lo suficientemente atractivo o de no encajar en los moldes estéticos que nos han impuesto.
Un estudio de la Asociación Americana de Psicología (APA) ha señalado que "la exposición constante a imágenes idealizadas en los medios puede impactar negativamente en la autoestima y fomentar una comparación desfavorable entre el 'yo real' y el 'yo idealizado'. De este modo, cada fotografía puede convertirse en una comparación entre la imagen propia y las versiones idealizadas de belleza que nos rodean, lo que incrementa la ansiedad".
Cómo superar el miedo a salir en fotografías
La exposición gradual es una técnica que puede ayudar a la persona a superar este miedo ya que en lugar de evitar completamente las fotos, la persona se expone gradualmente a salir en las fotografías, comenzando con situaciones menos intimidantes como, por ejemplo, fotos realizadas por familiares cercanos o amigos de confianza y, poco a poco, va avanzando hacia contextos más incómodos como eventos sociales grandes. El objetivo de la exposición gradual es reducir la ansiedad que le provoca a la persona salir en fotos, ayudándole a afrontar la situación sin evitarla.
Otra manera de afrontar el miedo a salir en fotografías es la práctica de la autoaceptación, un componente fundamental en muchas terapias humanistas ya que el concepto de autoaceptación implica aprender a aceptar todas las partes de uno mismo, incluidas aquellas que no se ajustan a los estándares idealizados de belleza o perfección. Esto puede lograrse con técnicas como la atención la plena (mindfulness), la cual ayuda a las personas a vivir el momento presente sin juicios, y a través de la terapia centrada en la compasión, en la que la persona se enfoca en cultivar una actitud amable y no crítica hacia uno mismo.
Por otro lado, el trabajo en la autoestima es también una parte importante que no se debe descuidar, ya que está bastante relacionada con la imagen corporal y la satisfacción personal. En este sentido, puede ayudar que la persona participe en actividades que fomenten un sentido positivo de logro y conexión con los demás con la que se puede, a su vez, disminuir la dependencia de la validación externa que alimenta el miedo a las fotos.
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