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INVESTIGACIÓN
Más de 110 millones de personas viven con algún tipo de trastorno de salud mental en Europa, según la OMS. España está la segunda en este ranking de peor salud mental, con el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) como uno de sus mayores problemas. Con un aumento de casos de un 30% por la pandemia, el TOC tiene dos picos de edad de inicio: entre los 8 y los 12 años de edad y entre los 18 y los 25 años, períodos en los que hay que estar muy atentos a determinados comportamientos de niños y jóvenes con la intención de aliviarle en la medida de lo posible dichos trastornos.
El TOC es un desorden complejo y hay múltiples tests diagnósticos que ayudan a los profesionales de la salud mental a saber si una persona padece este trastorno. También existen ciertos hábitos de conducta que nos pongan sobre la pista. Estas son diez señales que podrían indicar que sufres TOC, especialmente reflejadas en el orden de la limpieza, el orden y la sexualidad.
En sus vidas siempre es buen momento para barrera y fregar. Cualquier tipo de muestra de suciedad les produce ansiedad y limpiar les da calma. Incluso cuando terminan de hacerlo de una forma exhaustiva ya están pensando en cosas que pueden no estar del todo como a ellos les gustaría de limpio.
Suelen personas obsesionadas con la limpieza...y también con su higiene personal. Si pueden ducharse dos veces al día, mejor que una. Lo primero que hacen nada más levantarse es lavarse las manos y muestras una preocupación constante ante la posibilidad de ponerse malos y contagiarse de cualquier tipo de virus.
Las personas que sufren TOC suelen ser extremadamente organizadas y perfeccionistas. El menaje de la cocina debe estar colocado por orden de tamaño, de colores o de utensilios. El sofá del salón tiene ubicación exacta y no se puede mover ni un milímetro de esa línea.
Uno de cada tres pacientes diagnosticados con TOC muestra esta señal previa. El gravo de revisión de sus acciones es excesivo. Nunca se sienten seguros de haber apagado el horno, cerrado la puerta del frigorífico o arropado a sus hijos con la colcha en la cama.
Colocar los platos por pares o impares, subir la escaleras de tres en tres o no pisar las lineas negras en los pasos de cebra mientras que contamos los pasos que damos. Estas son algunas acciones en las que la organización numérica entra en nuestra vidas para quedarse y condicionarnos.
Imaginar algún tipo de relación familiar o de identidad sexual diferente a la manifestada públicamente puede castigar mentalmente a los afectados por TOC.
Las personas que padecen TOC también se caracterizan por tener pensamientos obsesivos hacia sus parejas sentimentales. Excesivo sentimiento de culpa, de fracaso o de miedo en el entorno afectivo y de la amistad termina destruyendo o al menos distanciando la mayoría de sus relaciones.
Los pacientes de TOC suelen centrar su atención de forma compulsiva en un aspecto de su cuerpo que no les gusta e influye diariamente en su equilibrio psicológico.
Cuando se sienten descolocados en un entorno, buscan la aceptación continua por parte de los que le rodea para sentirse conforme y seguro.
Por último, destacamos el hecho de que tienen escasa tolerancia para lidiar con situaciones de violencia en su entorno. Muestran una suma preocupación por situaciones que no tienen visos de producirse, pero la simple idea fatalista que ellos imaginan les altera significativamente.
Y estos son algunos de los condicionantes que pueden vivir aquellos que empiezan a experimentar trastorno obsesivo-compulsivo, lo que siente en su día a día una persona con TOC, como la historia de un sevillano al que el TOC le cambió todos los esquemas de su vida.
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