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Este es el secreto que nadie te cuenta para perder peso rápidamente y lo haces todos los días

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La falta de sueño repercute en la manera en la que el cuerpo procesa y utiliza la energía, lo que puede resultar en un aumento de grasa corporal

La restricción del sueño tiene un efecto sobre la regulación del apetito que conduce a un aumento de la ingesta de alimentos

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Dormir bien / Freepik

Para tener una vida saludable hay tres hábitos esenciales que debemos practicar: la alimentación saludable, el ejercicio físico y dormir bien ya que no solo nos ayudarán a prevenir enfermedades sino que concretamente tener un sueño de calidad, durmiendo las horas recomendadas por la OMS para la población adulta que son entre 7 y 8 diarias, nos ayuda a adelgazar.

Más claro aún. Si quieres perder peso rápidamente, tendrás que dormir bien porque mientras dormimos estamos quemando calorías. Esto es así porque durante el sueño, se producen y se regulan varias hormonas relacionadas con nuestro ritmo circadiano. Son, por un lado, la leptina que manda la orden de saciedad y, por otro, la ghrelina que estimula el hambre. Pues cuando tenemos falta de sueño, los niveles de ghrelina aumentan y disminuyen los de leptina, por lo que vamos a tener más apetito.

Por el contrario, cuando estamos bien descansados, la mente está más despejada y es más probable que tomemos decisiones más saludables, más que nada con respecto a lo que comemos y a la hora de estar más motivados con el ejercicio, justo lo contrario de lo que hace el cansancio.

Por eso, también es importante dormir bien, porque el cuerpo se repara durante el sueño y se recupera en toda su integridad, pero también por otras razones que nos cuenta Rafa Guzmán, experto en psiconeuroinmunología clínica y profesor de PNI, Nutrición y metabolismo en la Universidad de Córdoba en el siguiente vídeo.

Qué produce la falta de sueño

Dormir bien ayuda a mantener un metabolismo saludable. "El dormir mantiene todos los aspectos del cuerpo de una forma u otra: el equilibrio energético y molecular, así como también la función intelectual, el estado de alerta y el humor", explica el Doctor Merrill Mitler, experto en sueño y neurocientífico del NIH.

Por otra parte, la falta de sueño repercute en la manera en la que el cuerpo procesa y utiliza la energía, lo que puede resultar en un aumento de grasa corporal, ya que además hay una mayor resistencia a la insulina, lo que significa que el cuerpo tiene dificultades para procesar la glucosa de manera eficiente. Esto puede resultar en un mayor almacenamiento de grasa, un aumento del riesgo de diabetes tipo 2 y una subida de los niveles de cortisol y cuando esta hormona está muy elevada, se produce un aumento de peso considerable, especialmente en la zona abdominal.

"La actual epidemia de obesidad, según los expertos, se explica sobre todo por el aumento de la ingesta de calorías, más que por la falta de ejercicio", señala la doctora Esra Tasali, directora del Centro del Sueño de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) quien además explica en el portal Infosalus que "a lo largo de los años, nosotros y otros hemos demostrado que la restricción del sueño tiene un efecto sobre la regulación del apetito que conduce a un aumento de la ingesta de alimentos y, por lo tanto, pone en riesgo el aumento de peso con el tiempo".

Cómo mejorar la calidad del sueño

Una de las formas más efectivas es establecer una rutina regular, es decir, acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayuda a regular el reloj biológico del cuerpo y facilita que el sueño llegue de manera natural.

También es importante crear un ambiente propicio para el descanso intentando que la habitación esté lo más oscura posible, que haya silencio y frescura. La luz, especialmente la emitida por los dispositivos electrónicos como teléfonos o tablets, puede interferir con la producción de melatonina, una hormona clave para el sueño. Así que evitar el uso de pantallas al menos 30 minutos antes de dormir es crucial para facilitar la conciliación del sueño.

Un ejemplo de una rutina que puedes seguir es la siguiente: cena ligera unas dos horas antes de acostarte, evita el consumo de cafeína y alcohol por la noche, y opta por una actividad relajante, como leer un libro o practicar ejercicios de respiración. A medida que se acerca la hora de dormir, baja la intensidad de las luces de tu hogar para indicarle a tu cuerpo que es momento de relajarse. También puedes tomar una ducha caliente antes de acostarte, ya que el enfriamiento posterior del cuerpo ayuda a inducir el sueño.

Con estos hábitos, no solo mejorarás la conciliación del sueño, sino que también podrás mantener un descanso profundo y reparador.

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