Los riesgos 'explosivos' para el corazón de mezclar rebujito con bebidas energéticas en la Feria de Abril
El alto contenido de cafeína y otros estimulantes en las bebidas energéticas puede enmascarar los efectos sedantes del alcohol y provocar desde arritmias, paro cardíaco o alteraciones bruscas en el comportamiento
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La presencia de manzanilla es esencial para la celebración de la ya más que inaugurada Feria de Abril. Tanto sola como en combinación con otras bebidas, como el popular "rebujito''"rebujito', es la bebida más solicitada en un recinto ferial en el que ya desfilan volantes y trajes a medida. Se estima que durante esta semana de feria se consumirán más de 1,5 millones de botellas de esta bebida en las casetas y el albero sevillano, aunque en la evolución de esta festividad también sus tradicionales bebidas lo han hecho. El último invento ha sido reinventar el rebujito y añadir un nuevo ingrediente a su receta: el Red Bull (aunque también otras modalidades de bebidas energéticas). Pese a que esta moda no es nueva, ya que la tendencia de mezclarlo con alcohol destilado es ya casi un clásico, esta nueva formulación conlleva riesgos 'explosivos' para el corazón, además de otros asociados intoxicaciones y alteraciones en el comportamiento. Descúbrelos.
Al saber que cada vaso de alcohol se consume con una bebida energética, bebida energética,el peligro aumenta debido a dos factores: en primer lugar, la salud en general; y en segundo lugar, la combinación de las alteraciones en la conducta que causan las bebidas energéticas y el alcohol. En este caso, la manzanilla o el combinado de rebujito. Y puede ser que, durante estos días, esta mezcla sea incluso más peligrosa debido al consumo constante de esta bebida durante todas las jornadas.
RIESGOS
Si fuéramos conscientes de que el alcohol actúa como un neurodepresor mientras que las bebidas energéticas son neuroestimulantes, probablemente no consideraríamos la idea de combinarlas, ya que son conceptos totalmente opuestos y, como se dice comúnmente, "mezclar no es bueno". La cafeína, al engañarnos, disfraza el efecto del alcohol y nos hace sentir menos ebrios, lo que genera una falsa sensación de control y es ahí donde comienza el riesgo.
En este sentido, en general, la combinación de bebidas energéticas y alcohol puede tener efectos adversos en el cuerpo, como generar estados de euforia y depresión, así como provocar deshidratación, vómitos incontrolados, cambios en el ritmo cardíaco que pueden provocar arritmias ventriculares, paro cardíaco e incluso la muerte, especialmente en personas con cardiopatías subyacentes.
Un estudio publicado en la revista Journal of the American Heart Association en 2015 encontró que la combinación de bebidas energéticas y alcohol puede aumentar la presión arterial y afectar la función del endotelio, el revestimiento interno de los vasos sanguíneos. Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y otros problemas cardiovasculares a largo plazo.
Desde el punto de vista conductual, la persona intoxicada por la mezcla de bebidas puede sufrir caídas, accidentes de tráfico, violencia, peleas, agresiones, conductas sexuales de riesgo e incluso intentos de suicidio.
Existen varios estudios que sugieren que la combinación de alcohol y bebidas energéticas, como Red Bull, puede ser perjudicial para la salud. Si ponemos de ejemplo estudios recientes, uno publicado en la revista Journal of Studies on Alcohol and Drugs en 2020, encontró que los consumidores de bebidas energéticas mezcladas con alcohol tenían mayores niveles de consumo de alcohol en general, así como mayores niveles de impulsividad y conducta de riesgo. Además, estos consumidores también tenían mayores probabilidades de experimentar efectos secundarios negativos del consumo de alcohol, como resacas y náuseas.
Otro estudio publicado en la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research en 2021 encontró que los consumidores de bebidas energéticas mezcladas con alcohol tenían una mayor probabilidad de experimentar problemas de salud mental, incluyendo síntomas de depresión y ansiedad.
En el caso del Red Bull, se trata de una bebida energética que contiene altas cantidades de cafeína y otros estimulantes, lo que puede enmascarar los efectos sedantes del alcohol, haciendo que la persona no sienta este estado de embriaguez y, por lo tanto, consuma más de lo que debería. Esto aumenta el peligro de que se produzca una intoxicación. Aquí se produce un efecto similar al de la mezcla del alcohol con las drogas.
El mismo efecto que las drogas
Como hemos dicho, más allá de los riesgos mencionados, mezclar esta combinación puede provocar un resultado similar ocurre cuando las personas combinan el consumo de cocaína o anfetaminas con alcohol. Pero, la diferencia radica en que cuando una persona consume múltiples bebidas alcohólicas sin haber ingerido cafeína, cocaína o anfetaminas (que son tres tipos de psicoestimulantes), eventualmente llegará a un punto en el que se encuentra lo suficientemente intoxicada como para detener el consumo de alcohol. Sin embargo, en presencia de psicoestimulantes, el cerebro puede no detectar el grado de intoxicación, ya que estos activan el cerebro y parecen anular los efectos del alcohol. El problema es que, el cuerpo está igual de intoxicado, pero bajo esa influencia, la persona lo percibe de otra manera, y continúa bebiendo.
Sobre este efecto, un estudio realizado con ratones adolescentes en la Universidad de Purdue en Indiana ha demostrado que la mezcla de bebidas espirituosas y energizantes puede ser tan dañina como consumir cocaína, ya que el cerebro de los ratones se comportaba de manera similar al de una persona que había consumido psicoestimulantes. En España, el consumo de drogas se asocia a menudo con la ingesta de alcohol, lo que aumenta el riesgo de comportamientos violentos y sexuales agresivos.
En este mismo contexto, según los resultados del estudio, las personas que combinan alcohol con bebidas energéticas que contienen altas cantidades de cafeína tienen una mayor probabilidad de consumir cocaína en el futuro. Esta conclusión, que ha sido objeto de controversia, se basa en la respuesta observada en ratones: aquellos expuestos al alcohol y la cafeína parecían ser menos sensibles a los efectos agradables de la cocaína. Esto explicaría por qué los consumidores habituales tienen dificultades para dejar el consumo, ya que se han producido cambios duraderos en su cerebro.
Asimismo, un estudio publicado por el International Journal of Neuropsychopharmacology, financiado por la Dirección General de Tráfico (DGT), indica que la combinación de ambas bebidas genera una ilusión de seguridad en las personas que las ingieren, lo cual es falso. A pesar de esto, su capacidad para manejar un vehículo sigue siendo afectada por el consumo de alcohol y las capacidades de reacción o coordinación motriz. El estudio reveló que los niveles de alcohol en sangre eran más altos cuando se consumían bebidas energéticas junto con alcohol. El pico de concentración en sangre fue de 0,75 gramos por litro (g/L) con alcohol solo, mientras que en combinación con bebidas energéticas alcanzó los 0,84 g/L, lo que corresponde a un estado de embriaguez moderada. Además, el consumo de alcohol inhibe el metabolismo de la cafeína, lo que aumenta su concentración en la sangre. Esto representa un riesgo para aquellos que tienen baja tolerancia al alcohol y la cafeína, ya que puede aumentar el riesgo de intoxicación.
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