¿Cómo se restaura el bienestar emocional después de un incendio?
Incendios
En un incendio, la primera causa de muerte es la inhalación de monóxido de carbono
Cuatro afectados por humo, entre ellos un bebé, en el incendio de un piso en la calle Enramadilla de Sevilla
Es muy fácil intoxicarse por humo por muy pequeño que haya sido el incendio ya que mezclan tres componentes: aire caliente, partículas carbonáceas en suspensión y gases tóxicos diversos según el material que haya combustionado.
Las primeras reacciones que provocan los gases irritantes son de carácter físico: picor en los ojos y en la nariz, tos y estornudos. La exposición continua a estos gases también afecta a las vías respiratorias inferiores, la tráquea y los pulmones, derivando en ronquera y fatiga por la falta de oxígeno.
Las concentraciones de monóxido de carbono son muy malas para la salud, aunque la persona haya estado lejos del foco. Perjudica de un modo relativo, dado que depende de factores como la concentración de diferentes partículas en el aire y de cada persona, en concreto. Cuanto más cerca se esté del fuego, hay más probabilidades de morir por asfixia de monóxido de carbono, que por el propio fuego. De hecho, en un incendio la primera causa de muerte es la inhalación de humo.
En el caso de que la persona haya sobrevivido a la tragedia, suelen tener secuelas traumáticas de lo que han experimentado, por lo que se aconseja que las valore un profesional de la salud mental.
Efectos psicológicos de vivir un incendio
Estrés, ansiedad, agobio, caos, incertidumbre... son muchas sensaciones juntas en un periodo corto en el que apenas hay tiempo para pensar, ni reaccionar. El cerebro trabaja a marchas forzadas, por eso cuando el entorno vuelve a la calma, las mentes se inquietan. En este sentido, la American Psychological Association (APA) da unas recomendaciones para tratar de ayudar a recomponer el bienestar emocional:
- Tomarse un tiempo para volver a adaptarse. Es un momento difícil y hay que sacar todo lo que hace daño. Si no eres capaz de hacerlo con alguien de confianza, pide ayuda profesional.
- Intenta no escuchar las noticias. Estar pendiente de lo que se publica en redes sociales o por la televisión, no te ayudará a avanzar. Provocará el efecto contario ya que te estresará más.
- Rodearte de grupos de personas de apoyo te vendrá bien. Suelen ser profesionales de la psicología que conocen bien cómo deben tratar a una persona en estas circunstancias.
- Pon en marcha hábitos saludables. Para combatir el exceso de estrés, es aconsejable tener actividad física o alguna técnica de relajación que, además, te ayude a conciliar el sueño. Evita prácticas nocivas como refugiarte en el alcohol y otro tipo de drogas. Solo agravará la situación e intensificará el dolor emocional.
Es fundamental observar estos síntomas día a día, sobre todo si quien tiene el trauma es un menor. Los niños no saben ponerle nombre a las situaciones desconocidas para ellos. Pueden sentirse sobrepasados por un cúmulo de emociones las cuales no saben expresar. Si se observan estos síntomas y siguen ahí después de un mes, o antes en el caso de que la persona se sienta incapacitada para hacer muchas cosas, se necesitaría tratamiento psiquiátrico al haber indicios de estrés postraumático, además de otros patologías como depresión, crisis de pánico o trastornos adaptativos.
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