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Contamos con más horas de sol que otros países y, sin embargo, tenemos más déficit de vitamina D que las personas que viven en esos lugares donde aparece menos el sol que en España. Lo damos por hecho. Pensamos que por tener sol y poder tomarlo cuando queramos es suficiente para tener cubiertas las necesidades vitamínicas, pero se nos olvida una cosa y es que el organismo no puede producir la vitamina D por sí mismo.
Esto quiere decir que necesitamos introducirla desde fuera. Una manera de hacerlo es tomando el sol ya que el cuerpo produce vitamina D a través de los rayos solares que recibe a través de la piel. Y otra es a través de la alimentación y, en algunos casos, de suplementos vitamínicos.
Es aquí donde los países del norte de Europa, nos llevan ventaja y la razón que explica por qué los españoles tenemos déficit de vitamina D frente a otros países de climas más fríos o de cielos encapotados. Ellos suelen tener una dieta más fortificada de nutrientes.
Además, a pesar de que en ocasiones nos expongamos al sol, solemos hacerlo con cremas solares las cuales bloquean la radiación solar, por lo que estaremos impidiendo la aparición de cáncer, pero también estamos poniendo una barrera a las posibilidades de absorción de vitamina D.
Partimos de la base de que no todas las personas necesitan tomar suplementos de vitamina D, pero debido a que hay pocos alimentos que la contengan, muchas personas necesitan tomar suplementos para cubrir las deficiencias nutricionales.
Con respecto a este tema, Esteban Jódar, miembro del Grupo Metabolismo Mineral y Óseo de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), explicó en la web de Antena 3 Salud que en nuestro país "no se suplementan con vitamina D los alimentos de uso común como la leche, los cereales, el pan de molde o los zumos".
Esto genera que "estemos a expensas de productos muy ricos en ella, que exigen tomar mucha cantidad para alcanzar las recomendaciones". En este sentido, se revela que el déficit de vitamina D suele darse más entre el 80% de la población adulta y un 40% en menores de edad.
El organismo necesita recibir vitamina D ya que ayuda a prevenir enfermedades óseas como la osteoporosis, por lo que necesitamos suplementarla, tanto con alimentos naturales y fortificados como en el caso de que la luz solar sea insuficiente.
La deficiencia de vitamina D puede llevar a una disminución de la densidad ósea, aumentando el riesgo de fracturas. Además, puede causar debilidad y dolor muscular, lo que puede perjudicar a la movilidad y aumentar el riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.
La vitamina D juega un papel crucial en el funcionamiento del sistema inmunológico. Su deficiencia puede aumentar la susceptibilidad a infecciones y enfermedades autoinmunes. También afecta al estado de ánimo, fomentando los trastornos depresivos y el desarrollo de otros del sistema cognitivo. Por eso, es importante asegurarse de que el organismo tenga una cantidad adecuada de vitamina D.
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