Las pupilas grandes son un síntoma de inteligencia
investigación
Un nuevo estudio revela la relación entre el tamaño de la pupila y la inteligencia fluida, un tipo de inteligencia que hace responder con mayor facilidad a situaciones nuevas
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Nuestros ojos son una ventana a nuestro interior, pero también a nuestro cerebro. Nuestra pupila puede revelar muchos aspectos de nuestro estado de ánimo y nuestras emociones, además de manifestar ciertos estados físicos. Ahora, un estudio ha revelado que cuanto más grandes son las pupilas, mayor es la inteligencia. Así lo reflejan tres trabajos realizados por científicos del Instituto Tecnológico de Georgia que midieron la capacidad cognitiva de unos sujetos a partir del tamaño de sus pupilas a través de pruebas de razonamiento, atención y memoria.
El estudio sugiere que el tamaño básico de la pupila puede estar relacionado con la inteligencia fluida, un componente de la inteligencia que se basa en la capacidad de resolver problemas sin depender de los conocimientos ya adquiridos; es decir, la capacidad de una persona para adaptarse y enfrentarse a situaciones nuevas de forma ágil y sin aprendizaje previo. ''Por primera vez, descubrimos que existía esta sorprendente relación entre las pupilas y la inteligencia a partir de las diferencias en la cantidad de esfuerzo mental que las personas usaban para completar las tareas de memoria'', explican.
En tres estudios separados con más de 500 participantes, los investigadores encontraron que la diferencia en el tamaño de la pupila entre los participantes que obtuvieron la puntuación más alta en las pruebas cognitivas y los que obtuvieron la puntuación más baja fue lo suficientemente significativa como para ser detectada a simple vista.
“Descubrimos que un mayor tamaño de la pupila se correlacionaba con una mayor inteligencia fluida, un mejor control de la atención y, en menor grado, una mayor capacidad de memorizar, lo que se tradujo en una relación fascinante entre el cerebro y el ojo humano”, aseveran los científicos.
Además, se ha comprobado que, a más dificultad presenta una tarea para una persona, mayor es su diámetro pupilar. Estos resultados se han demostrado con tareas de diversa índole: multiplicaciones, deletreo de palabras, cálculo mental… En todos los casos, las pupilas fueron un indicador del esfuerzo cognitivo y el grado de atención e implicación que el individuo estaba ejerciendo.
Método
Primero, calcularon el tamaño promedio de la pupila de cada uno de los participantes con edades comprendidas entre los 18 y los 35 años, utilizando un dispositivo de seguimiento especial con una cámara conectada a un ordenador. Por lo general, la pupila contraída, tiene un tamaño de dos a cuatro milímetros -que está rodeada por el iris-y se dilata completamente a ocho milímetros. Luego, los participantes tuvieron que realizar una serie de pruebas cognitivas para evaluar su capacidad para mantener la concentración y controlar su atención al ser distraídos deliberadamente, razonar sobre nuevos problemas y recordar nueva información. Además, la luz en el laboratorio era oscura para evitar que las pupilas se contrajeran en respuesta a la luz.
Para medir el diámetro de las pupilas, utilizaron un rastreador ocular u oculómetro, un instrumento que captura el reflejo de la luz en la pupila y la córnea mediante una cámara de alta precisión, que puede determinar dónde y cómo está mirando una persona.
RESULTADO
Descubrieron que aquellos que tenían un 'tamaño de pupila inicial más grande' obtuvieron mejores resultados en las pruebas de atención, memoria y razonamiento. Esto sugiere un fuerte vínculo entre el cerebro y el ojo que los investigadores esperan estudiar con más detalle en el futuro. A mayor edad, la pupila tendía a ser más pequeña y constreñida, pero independientemente de ella, la relación observada entre el tamaño de la pupila y las capacidades cognitivas fue la misma.
“Curiosamente, el tamaño de la pupila se correlacionaba con la edad de los participantes: aquellos que tenían más años las tenían más pequeñas y contraídas”, aducen.
Además, encontraron que el tamaño de la pupila está relacionado con una región del cerebro conocida como locus coeruleus, situada en la parte superior del tallo cerebral que se extiende hacia el resto del cerebro a través de conexiones neuronales. Esta zona libera una sustancia química que funciona como una hormona en el cerebro orientada a procesos regulares como la percepción, la atención y la memoria, así como para ayudar a regiones distantes de nuestro órgano pensante a trabajar juntas para completar tareas complicadas.
Los dos autores del estudio afirman, sin embargo, que se necesita más investigación para explorar este hallazgo y determinar por qué las pupilas más grandes están particularmente asociadas con una mayor inteligencia fluida y un mejor control de la atención.
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