Esta psicóloga explica cuáles son las claves para tener tu cuerpo en el mejor estado a través de la práctica deportiva

Practicar deporte es más que hacer actividad física. Tiene un poder sanador que mejora significativamente nuestra calidad de vida. El deporte es esencial para el mantenimiento de una buena salud física porque nos ayuda a controlar el peso, incrementando el gasto de calorías y la pérdida de grasa.

Además, fortalece el sistema cardiovascular, mejora la circulación sanguínea y reduce el riesgo de enfermedades. Paralelamente, con la práctica deportiva tendremos huesos y músculos más fuertes, por lo que lograremos prevenir enfermedades como la osteoporosis y la sarcopenia, que son comunes en la vejez.

Sin embargo, más allá de los beneficios físicos, el deporte tiene un impacto profundo en nuestra salud mental. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo libera una serie de hormonas y neurotransmisores que influyen positivamente en nuestro estado de ánimo. La psicóloga Silvia Congost explica cómo funciona el cerebro a la hora de hacer deporte y cómo este beneficia a las personas en estado de ansiedad y depresión.

Hormonas que se segregan en tu cerebro cuando practicas deporte de forma habitual

Uno de los neurotransmisores que más se generan en el cerebro cuando hacemos deporte es la endorfina, también llamada la "hormona de la felicidad". Las endorfinas actúan como analgésicos naturales, reduciendo la percepción del dolor y generando una sensación de bienestar y euforia.

Este es uno de los motivos por los cuales muchas personas experimentan una especie de "subidón" después de una sesión de ejercicio intensa. Según la psicóloga, algunos la llaman "morfina natural" por su capacidad de reducir la ansiedad y la sensación de dolor, anulando las sensaciones negativas.

Otra hormona importante que se libera durante el ejercicio es la dopamina la cual juega un papel muy importante en la motivación y en el placer. Cuando hacemos deporte y alcanzamos nuestras metas, los niveles de dopamina aumentan, lo que refuerza la sensación de logro y nos motiva a continuar con la actividad física.

Silvia Congost explica que debido a ese placer que nos hace sentir la dopamina cuando hacemos deporte, provoca que "nos enganchemos", ya que nos gustaría "volver a experimentar esa agradable sensación aunque requiera de cierto esfuerzo por nuestra parte". En este sentido, la psicóloga asegura que la clave para tener el cuerpo en el mejor estado está en la disciplina y en un gran compromiso por nuestra parte.

La serotonina es otra hormona que se ve afectada positivamente por el ejercicio. Unos niveles bajos de serotonina están asociados con la depresión y la ansiedad, por lo que la práctica regular de deporte va a ayudar a enfrentar estos trastornos y conseguirás quedarte con una sensación general de bienestar. "Hará que tengas sentimientos positivos e incluso mejorará tu autoestima al hacer que te sientas mejor contigo mismo y te veas también mejor", apunta la psicóloga.

Cómo cambia la forma de interpretar la vida

Durante la actividad física, nuestro cuerpo libera cortisol, una hormona que en exceso puede ser perjudicial, pero que en cantidades adecuadas ayuda a gestionar el estrés. Además, el ejercicio físico promueve la producción de norepinefrina, que es la que nos va a ayudar a moderar la respuesta del cerebro ante el estrés.

Además de los beneficios hormonales, también nos sirve de meditación y terapia. Esto se refiere más a disciplinas del tipo yoga, el tai chi o incluso correr porque de lo que se trata es de enfocar la mente en algo concreto y alejar los pensamientos rumiantes que te impiden ver las cosas con claridad.

El deporte ayuda a sociabilizar sobre todo si practicas actividades en grupo. El apoyo social es un factor clave en la salud mental y emocional, además de crear oportunidades para las relaciones sociales.

Alcanzar objetivos deportivos, mejorar en una disciplina o simplemente mantener una rutina de ejercicio regular ayuda a aumentar la percepción de ti mismo dándote la oportunidad de comprobar qué puedes llegar a conseguir, además de ganarte tu propio respeto. Esto es especialmente importante en jóvenes y adolescentes, ya que una buena autoestima es fundamental para el desarrollo de una mente saludable.