Las principales causas por las que se producen rozaduras en los muslos en verano y cómo evitarlas

La piel de la cara interna de los muslos es mucho más sensible que la del resto del cuerpo y en verano para muchas personas y por diferentes causas, caminar se convierte en un suplicio debido a la irritación que se produce por la fricción de los muslos al caminar.

La humedad de las altas temperaturas, estar mojado después de haberte bañado en la playa o en la piscina, incluso, la práctica de determinados ejercicios son algunas de las causas más frecuentes por las que se acrecenta la irritación del interior de los muslos, llegando a producir enrojecimiento y ardor en la piel y, en algunos casos, ampollas. Pero no son las únicas causas por las que se irrita la piel en verano.

Causas por las que se te rozan los muslos en verano

Las rozaduras en los muslos se producen por la humedad de la zona debido al sudor y, al hacer fricción una pierna con la otra al caminar, se produce la rozadura. La condición física de la persona aumenta las probabilidades de que esto suceda, además de llevar una ropa inapropiada.

Con el mismo problema nos encontramos si practicamos ejercicios, ya que la transpiración de la piel aumenta. Sudamos más, por lo que la piel está más humedecida y hay más posibilidades de roce, independientemente de la condición física de la persona. Tiene que ver más con la composición del propio sudor que, al mezclarse con bacterias o sal, favorece la irritación.

Así que cuanto más tiempo estés expuesto a esta fricción sin protección, mayor será la probabilidad de sufrir rozaduras. Si además llevas prendas muy ajustadas, fabricadas con materiales sintéticos, las probabilidades aumentan ya que ese material retiene el sudor. Del mismo modo sucede con las costuras mal ubicadas o con la ropa interior que tiene elásticos muy apretados.

Además, ciertas condiciones físicas pueden predisponer a las personas a sufrir más rozaduras en los muslos. Más concretamente nos referimos a aquellas personas con muslos más gruesos o con sobrepeso ya que por la propia condición de la anatomía sus muslos tienen mayor contacto entre sí y, por tanto, más fricción. Las personas con piel seca o sensible también son más vulnerables a desarrollar irritaciones.

Aunque los muslos son la parte del cuerpo donde suelen darse más frecuentemente las rozaduras, hay otras zonas como las ingles, las axilas y los pezones también propensas a la irritación por ese roce continuo de la piel.

Cómo evitar las rozaduras

Para evitar las rozaduras en los muslos, es fundamental usar ropa adecuada, entendido por adecuada, aquellas con materiales transpirables y suaves, como el algodón, que reduzcan la fricción. También, la ropa interior sin costuras o los pantalones cortos ajustados debajo de prendas como faldas o vestidos, ya que hacen de barrera protectora entre los muslos.

Productos como vaselina, cremas específicas para deportistas o incluso desodorantes en barra pueden ayudar a reducir la fricción porque crean una capa resbaladiza en la piel.

Mantener la piel seca es crucial para prevenir rozaduras, por lo que el uso de polvos de talco o antitranspirantes en los muslos con los que ayudar a absorber el sudor y a mantener la piel más seca, además de cambiarse de ropa cuando se ha sudado mucho para evitar que la humedad se acumule.