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El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta principalmente al sistema nervioso central, manifestándose en trastornos del movimiento. Entre los síntomas más comunes se encuentran la rigidez muscular, la lentitud de movimientos y los temblores involuntarios. Esto se debe a que hay una muerte precoz de un grupo de neuronas que se ubican en el tronco cerebral, por lo que la dopamina disminuye en el cerebro, produciendo un deterioro en el control de los movimientos, de la postura y de la marcha.
Aunque la enfermedad afecta principalmente a la función motora, también puede tener impactos significativos en otros aspectos de la vida, incluyendo la cognición y la calidad de vida emocional.
En este contexto, la lectura se presenta como una herramienta invaluable para las personas que viven con Parkinson. Además, también puede tener efectos positivos en la salud física de estas personas ya que el compromiso con una práctica regular de actividades intelectuales ayuda a mantener la salud del cerebro y a reducir el riesgo de deterioro cognitivo a largo plazo.
Más allá de ser una fuente de entretenimiento, la lectura ofrece una serie de beneficios con los que mitigar los efectos de la propia enfermedad y, por tanto, a mejorar la calidad de vida de quienes la padecen.
La lectura activa diversas áreas del cerebro, incluyendo aquellas relacionadas con el lenguaje, la memoria y la atención. Esto es muy positivo para las personas con Parkinson, ya que la enfermedad afecta a estas áreas del cerebro, por lo que cuando una persona con Parkinson mantiene el cerebro activo a través de la lectura, se pueden preservar e incluso mejorar estas funciones cognitivas, ayudando a mantener una mente ágil y en alerta a pesar de las dificultades que les pone la propia enfermedad.
La lectura en voz alta ayuda a mejorar los síntomas de esta enfermedad ya que se hace un esfuerzo por vocalizar por medio de la articulación de la voz.
Son dos patologías muy comunes entre las personas con Parkinson. La enfermedad y sus síntomas pueden generar una carga emocional considerable y la lectura ofrece una vía para escapar de estas preocupaciones, bridando la oportunidad de sumergirse en otras historias. Cuando la persona está metida en algo que le hace mantener su atención, le parece interesante o está aprendiendo sobre nuevos temas, puede experimentar un alivio temporal del estrés y de la ansiedad, lo que contribuye a mejorar su bienestar emocional en general.
A menudo, la enfermedad puede llevar a la pérdida de contacto social, ya sea debido a las dificultades para comunicarse o a las propias limitaciones físicas que no lo ponen fácil para participar en actividades sociales. La lectura, sin embargo, puede servir como un punto de conexión con otras personas, ya sea a través de la discusión de libros en grupos de lectura o simplemente al compartir recomendaciones de libros con amigos y familiares. Esta conexión con otros puede ayudar a reducir el aislamiento y la sensación de soledad que a menudo acompaña a la enfermedad, promoviendo un sentido de pertenencia a un grupo y de apoyo emocional.
El simple hecho de sostener un libro y de pasar las páginas puede contribuir a mejorar la coordinación motora fina, lo que supone un gran avance en los pacientes de Parkinson quienes normalmente experimentan dificultades con la destreza manual.
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