¿Cuál es la principal consecuencia del norovirus?

El norovirus es un virus que provoca inflamación del estómago y los intestinos, dando lugar a síntomas como diarrea, vómitos, náuseas y dolor abdominal. También puede presentar fiebre leve, dolor de cabeza y dolores musculares. Aunque los síntomas suelen aparecer de forma repentina y ser intensos, en la mayoría de los casos se resuelven de uno a tres días, aunque podemos contagiar algunos días posteriores a la recuperación.

La sintomatología, por otra parte, puede presentarse con variaciones en personas vulnerables como niños pequeños, adultos mayores o en personas con sistemas inmunológicos debilitados. En estos casos, puede haber complicaciones más graves, relacionada con la deshidratación.

A pesar de que estas Navidades se han dado muchos casos de este virus, ya que según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), "es un virus muy contagioso" y el contacto cercano con alguien contagiado ya nos lo transmite, su presencia no está relacionada con la estacionalidad como sucede con otros virus como la gripe.

La principal consecuencia del norovirus

Una de las características más preocupantes del norovirus es su alta capacidad de propagación. Este virus puede infectar a cualquier persona y se encuentra en todo el mundo. De hecho, el pasado mes de diciembre registró 90 casos en EEUU, por lo que se convierte en una de las principales causas de brotes de enfermedades gastrointestinales en lugares cerrados.

La principal consecuencia del norovirus es la deshidratación algo que podemos comprobar si observamos que orinamos en menor cantidad, nuestra boca y garganta está más seca de lo normal, si tenemos mareos al ponernos de pie, si hay llanto sin ninguna o pocas lágrimas o también si hay somnolencia o irritabilidad inusual.

¿Afecta igual en adultos que en niños?

Aunque el norovirus puede afectar tanto a adultos como a niños, hay ciertas diferencias en cómo se manifiesta y cómo responde el cuerpo.

Los niños, especialmente los menores de cinco años, tienden a experimentar síntomas más severos debido a su menor capacidad para manejar la pérdida de líquidos y electrolitos. Los vómitos y la diarrea pueden causar deshidratación rápidamente. De ahí, que esta sea una de las principales consecuencias que debemos evitar.

Como su sistema inmunológico aún está en desarrollo, son más vulnerables a las infecciones por norovirus. Así que en este grupo de población, los episodios suelen ser más recurrentes, especialmente si están expuestos en guarderías o escuelas.

Por su parte, los adultos, si están sanos, la tolerancia a la deshidratación suele ser mejor. Sin embargo, los grupos de población más mayor o con enfermedades crónicas pueden experimentar complicaciones similares a las de los niños pequeños.

Muchos adultos han estado expuestos al norovirus en algún momento de sus vidas, lo que les da cierta inmunidad parcial. Sin embargo, esta inmunidad no es duradera y es posible que se infecte nuevamente con una cepa diferente.