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En el teatro de la mente, donde los recuerdos danzan en la penumbra de la memoria, el telón se alza en un drama silencioso pero poderoso: el Alzhéimer. Esta enfermedad, más que simplemente borrar las páginas del pasado, desvanece los personajes, los escenarios y las emociones que componen la narrativa de una vida. Durante su progresión, esta enfermedad conlleva gradualmente un deterioro de la memoria en quienes la sufren, afectando progresivamente el proceso del pensamiento, comportamiento e incluso la habilidad para interactuar con los demás. En medio de este intrigante escenario, surge una pregunta que resuena con urgencia: ¿Qué es lo primero que olvidan las personas con Alzheimer?
El Alzheimer no se manifiesta de la misma manera en todas las personas, ya que su progresión y síntomas varían ampliamente. Sin embargo, una de las características más distintivas de la enfermedad es la pérdida gradual de la memoria a corto y largo plazo. A medida que el Alzheimer afecta el cerebro y las conexiones neuronales, se vuelven más evidentes ciertas pérdidas de memoria específicas, y a menudo, el primero de estos olvidos es el de las tareas y eventos más recientes.
Así, dado que esta condición implica una disminución gradual de la memoria, los individuos afectados experimentan un olvido primordial de eventos recientes, como conversaciones recientes o sucesos recién vividos. Por ejemplo, los pacientes que padecen Alzheimer pueden comenzar a olvidar detalles simples de su día a día, como qué comieron en el desayuno, si ya tomaron su medicación o si regaron las plantas. Estos olvidos iniciales pueden parecer triviales, pero son señales tempranas de que algo no está funcionando correctamente en el cerebro.
Un estudio del Grupo de Búsqueda en Neurociencia Cognitiva (GRNC), adscrito al Parque Científico de Barcelona, llevó a cabo un experimento con el propósito de demostrar la identificación de carencias específicas en la categoría conceptual de la memoria en individuos afectados por esta enfermedad. Esto se basaba en su capacidad para retener el significado de palabras que abarcaban diversas categorías semánticas, tales como herramientas (como tijeras o martillo), medios de transporte (como camión o coche) y seres animados (involucrando vegetales y animales).
De esta forma, el conocimiento que poseemos acerca de los objetos que nos rodean, como el entendimiento de que un avión es un tipo de transporte aéreo o que una cebra es un animal con cuatro patas que habita en África, constituye el tipo de información que reside en lo que se denomina como "memoria semántica o conceptual".
Los resultados obtenidos indicaron que tanto individuos sanos como aquellos con un deterioro leve en la información semántica eran capaces de recordar de manera similar el significado de palabras relacionadas con objetos inanimados y seres vivos en general. Sin embargo, en aquellos pacientes que habían experimentado una pérdida más considerable de la información semántica, esta carencia se manifestaba principalmente en referencia a conceptos relacionados con objetos, manteniéndose el recuerdo de términos vinculados a seres vivos en el mismo nivel que en otros grupos de participantes que no sufrían la enfermedad o estaban en etapas menos avanzadas de su desarrollo.
Esto quiere decir que la pérdida del conocimiento no se produce de manera homogénea, y que los conceptos referentes a seres vivos son más resistentes al daño cerebral que produce esta patología.
A medida que el Alzheimer avanza, también pueden surgir olvidos más profundos y preocupantes. Los recuerdos de la infancia y la juventud, que normalmente se mantienen intactos durante gran parte de la vida adulta, pueden comenzar a desvanecerse. Los lugares familiares y los momentos clave de la vida, como el nacimiento de los hijos o los logros profesionales, pueden perderse en las brumas de la mente afectada por la enfermedad.
Para finalizar, es importante señalar que, aunque los olvidos son un síntoma central del Alzheimer, la enfermedad también afecta otras áreas cognitivas y funcionales, como el lenguaje, la toma de decisiones y las habilidades motoras. Con el tiempo, las personas que padecen Alzheimer pueden tener dificultades para comunicarse, para realizar tareas cotidianas e incluso para reconocer a sus propios seres queridos.
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