El precio 'desorbitado' de las vacunas sublinguales contra la alergia impide que muchas familias se vacunen
Este tipo de tratamiento, que sustituyen a las inyecciones subcutáneas de inmunoterapia, requiere de varias dosis y un precio que se eleva a los 300 euros
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Más de 10 millones de personas sufren al menos una alergia en nuestro país, una cifra que crece un 2% cada año. Un dato preocupante que se une al de la OMS, que ha vaticinado que las alergias están creciendo a un ritmo tan vertiginoso que podrían afectar a más de la mitad de la población mundial para 2050. Las alergias son una respuesta exagerada del sistema inmunológico a sustancias que normalmente no son dañinas, como el polen, polen,el polvo, los alimentos, los productos químicos y otros alérgenos. La exposición a contaminantes ambientales, el cambio en los patrones de alimentación y el aumento de la urbanización y la vida sedentaria se consideran factores que pueden contribuir al aumento de las alergias. Los tratamientos son variados, dependiendo del caso, aunque el más efectivo y que puede erradicarlas en el tiempo son las vacunas. ¿Cuáles son las que se encuentran disponibles en la actualidad?, ¿están financiadas?
Para los casos de la alergia respiratoria (rinitis y asma), el alergólogo, además de un buen tratamiento con fármacos, que alivien la inflamación alérgica, suele recomendar la iniciación de una vacuna alergénica específica. Las más conocidas son las sublinguales. Las vacunas sublinguales pueden ser eficaces para tratar una variedad de alergias, como alergias a los ácaros del polvo, al polen, al moho y a ciertos alimentos. Esta terapia, que consiste en la administración de gotas sublinguales para la tratar esta afección, puede ser una alternativa a las inyecciones subcutáneas de inmunoterapia personalizadas. Sin embargo, este tipo de tratamiento suele requerir múltiples dosis a lo largo de varios años para ser efectivo, lo que puede ser costoso.
¿Cuánto cuestan?
Lamentablemente, el precio es una barrera significativa para muchas personas que necesitan tratamiento para sus alergias. A menudo, las aseguradoras no cubren completamente el costo de estas vacunas, lo que significa que los pacientes tienen que pagar de su bolsillo una cantidad significativa de dinero. En nuestro país, las vacunas tienen un costo de aproximadamente 500 euros, 200 financiados por la seguridad social. La diferencia, 300 euros, corre a cargo del paciente. Es decir, las familias tienen que asumir entre un 50% y un 60% de su costo, algo que resulta imposible para muchas de ellas, más aún si cuentan con varios miembros con alergias.
¿Y si el tratamiento durara durante 3 años? El coste rondaría alrededor de los 1000 euros. Para familias en las que sus integrantes son más de 2 con algún tipo de alergia, se multiplicaría o triplicaría. Eso sí, no todas las personas con alergias son candidatas para este tratamiento. Normalmente, se indica cuando un paciente alérgico presenta síntomas nasales o bronquiales frecuentes, a pesar de unas correctas medidas de protección o de el uso de otros tratamientos alternativos a lo largo de los años.
Los expertos en alergias señalan que, desde hace años, algunos pacientes no están recibiendo las vacunas recomendadas para tratar sus alergias. Eso sí, los especialistas también indican que a largo plazo, las vacunas son la única opción que puede modificar el curso de la enfermedad y resultar rentable. De hecho, la inmunoterapia con alérgenos o vacuna, es en la actualidad el único tratamiento que puede conseguir estos resultados.
OBJETIVOS VACUNAS
Las vacunas sublinguales para la alergia son un tipo de tratamiento que se utiliza para reducir los síntomas reducir los síntomasde las alergias. Este tratamiento consiste en la administración de pequeñas cantidades de alérgenos a través de la boca, debajo de la lengua. Con el tiempo, se espera que el cuerpo desarrolle una respuesta inmunológica más efectiva a estos alérgenos, lo que debería reducir los síntomas de la alergia.
Los síntomas de la alergia pueden variar desde leves a graves e incluyen estornudos, secreción nasal, tos, picazón, enrojecimiento e hinchazón de la piel, dificultad para respirar y, en casos graves, anafilaxia, una reacción alérgica potencialmente mortal.
Por tanto, el primer objetivo de las vacunas, y el más notable, es el alivio de los síntomas. Al principio, no funcionan de una manera inmediata por lo que se tendrán que combinar con otras alternativas destinadas a este fin como los antihistamínicos
El segundo objetivo es que el efecto positivo se mantenga, al terminar la vacunación, para lo que se necesita un tiempo mínimo de tratamiento de entre 3-5 años. Así, según aseguran los profesionales, es el único tratamiento que puede conseguir una mejoría persistente.
Tras un tiempo de administración, el organismo comienza a desarrollar tolerancia al alérgeno, por lo que los síntomas como el goteo nasal, la picazón de los ojos o la congestión disminuyen significativamente e incluso pueden llegar a desaparecer por completo. Una vez administrada la primera dosis, es posible que no sea necesario acudir al proveedor de atención médica para recibir las dosis siguientes y se puede realizar desde casa.
EFECTOS SECUNDARIOS
La dosis se aplica diariamente y, por lo general, es relativamente seguro. Pese a ello, pueden presentarse efectos secundarios leves que generalmente se resuelven con facilidad. Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen dolor de cabeza, dolor de garganta, picazón en la boca y la garganta, y enrojecimiento o hinchazón en la zona de la aplicación.
En casos raros, las vacunas sublinguales pueden causar reacciones alérgicas graves, como dificultad para respirar, opresión en el pecho, hinchazón en la cara o la garganta, y mareo o desmayo. Por esta razón, se recomienda que la primera dosis se administre en el consultorio de un médico y que el paciente sea observado durante un tiempo después de la aplicación.
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