¿Por qué se practica pilates sin zapatos?

Investigación y Tecnología

Cuando llevamos zapatos, limitamos la capacidad de nuestros pies para moverse libremente

El uso de calzado modifica la forma en que distribuimos nuestro peso sobre los pies y altera la alineación natural de los tobillos, rodillas y caderas

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Practicando pilates sin zapatos
Practicando pilates sin zapatos / Freepik

El pilates es una disciplina que se ha vuelto muy popular en los últimos años gracias a los beneficios que nos aporta para mejorar la postura, la flexibilidad, la fuerza y el control de nuestro cuerpo. Una de las particularidades de esta práctica es que se suele realizar sin zapatos, lo cual tiene una base importante desde el punto de vista anatómico y funcional ya que el uso de calzado impacta en nuestra anatomía durante la realización de los ejercicios.

"Si usamos zapatos, podemos estar interfiriendo en la alineación ideal"

Uno de los principales motivos por los cuales no se utilizan zapatos porque ayuda a optimizar el control y la conciencia corporal, principalmente en los pies, los tobillos que, a su vez, conectan con el resto del cuerpo. Los pies son estructuras complejas formadas por 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 músculos, tendones y ligamentos. Cada uno de estos componentes trabaja en armonía para proporcionar estabilidad y movilidad, siendo los pies una parte del cuerpo fundamental para la postura y la alineación corporal en cualquier tipo de actividad física.

Impacto de los zapatos en la práctica de pilates

Cuando llevamos zapatos, especialmente aquellos con suelas rígidas o con soporte excesivo, limitamos la capacidad de nuestros pies para moverse libremente y para activar ciertos músculos estabilizadores. La rigidez de los zapatos puede reducir la capacidad de los músculos de la cara interna del pie para activarse, lo que debilita esta estructura a largo plazo y afecta a nuestra postura. Además, el uso de calzado modifica la forma en que distribuimos nuestro peso sobre los pies y altera la alineación natural de los tobillos, rodillas y caderas, lo que puede llevar a descompensaciones musculares y, en algunos casos, a dolor o lesiones.

"Descalzarse permite una mayor entrada sensorial desde los pies mejorando coordinación y equilibrio en todas las partes del cuerpo"

En pilates, una de las bases principales es la alineación correcta del cuerpo y el trabajo desde los músculos profundos o estabilizadores. Si usamos zapatos, podemos estar interfiriendo con esta alineación ideal, ya que los pies no tienen la libertad para sentir el suelo, ajustar su posición y distribuir el peso de manera adecuada. Al estar descalzos, permitimos que nuestros pies se expandan naturalmente, mejorando el equilibrio y la estabilidad. Esta conexión directa con el suelo ayuda a activar los músculos de los pies y tobillos, lo que promueve una alineación óptima de las extremidades inferiores.

Otro aspecto que tenemos que tener en cuenta es que los zapatos limita al cuerpo la capacidad para percibir su posición real en el espacio, por lo que se reduce la sensibilidad en nuestros pies. En pilates, donde la precisión y el control son claves, perder esta sensibilidad puede afectar a la calidad y precisiónde los movimientos. Descalzarse permite una mayor entrada sensorial desde los pies, mejorando la capacidad de nuestro cerebro para ajustar el equilibrio y la coordinación durante cada ejercicio.

Alternativas al uso de zapatos y a ir descalzo

Si bien es cierto que el pilates descalzo tiene muchos beneficios, no todas las personas se sienten cómodas practicándolo sin calzado, ya sea por razones de higiene, frío, problemas podológicos o simplemente preferencia personal. En este sentido, hay algunas alternativas que pueden ofrecer una solución intermedia, proporcionando los beneficios de estar descalzo sin las desventajas que a veces vienen con ello.

  1. Calcetines antideslizantes: Estos calcetines están diseñados específicamente para actividades como Pilates o yoga. Tienen pequeñas almohadillas de goma o silicona en la planta del pie que mejoran el agarre al suelo, evitando resbalones. Además, permiten una mayor libertad de movimiento en los pies en comparación con los zapatos, sin perder la conexión directa con el suelo. Los calcetines antideslizantes también ayudan a mantener la higiene en entornos donde puede ser incómodo estar completamente descalzo.
  2. Zapatos minimalistas: En los últimos años, los zapatos minimalistas se han popularizado como una opción para aquellos que desean proteger sus pies sin sacrificar la movilidad. Estos zapatos tienen suelas extremadamente delgadas y flexibles, lo que permite que el pie se mueva de manera más natural y que los músculos intrínsecos se activen casi como si estuvieran descalzos. Sin embargo, estos zapatos no ofrecen el mismo nivel de contacto directo con el suelo que ir completamente descalzo, por lo que la propriocepción puede no ser tan aguda.
  3. Ballet slippers o zapatillas de danza: Este tipo de calzado es muy ligero y flexible, ofreciendo una alternativa a quienes no se sienten cómodos descalzos, pero aún quieren mantener la movilidad del pie. Las zapatillas de ballet permiten una mayor amplitud de movimiento en los pies que los zapatos convencionales, lo que puede ser beneficioso para las personas que buscan una solución intermedia entre el calzado rígido y estar descalzo.
  4. Bandas elásticas o vendajes funcionales: En algunos casos, las personas que sufren de debilidad en los arcos del pie o que tienen alguna condición que afecta a la estructura del pie, como fascitis plantar, pueden beneficiarse de usar bandas elásticas o vendajes funcionales. Estas soluciones no son un sustituto del calzado, pero pueden proporcionar soporte adicional al arco del pie sin restringir tanto el movimiento como lo haría un zapato.
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