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A todos nos han dicho alguna vez la repetida frase de ''eres igual que una persona que conozco, tienes un doble''. Casi siempre, en estos casos, los parecidos son limitados o incluso cuestionables depende de los ojos que lo miren. Sin embargo, la frase no se aleja de la realidad, y la ciencia también lo corrobora. Una nueva investigación, publicada en la revista 'Cell Reporters', demuestra por primera vez la razón biológica de las similitudes entre personas que no son familia. Y sí, lo más probable es que tengas un 'doppelgänger' en alguna parte del mundo.
Los científicos desvelan que tener un doble en alguna parte del mundo es cada vez más probable dado que la población humana es actualmente de 7.900 millones de personas. De acuerdo a los investigadores esto ocurre porque se comparten fragmentos de ADN en los que se relacionan características genéticasaracterísticas genéticas en los genes encargados de la formación de los rasgos faciales.
En el artículo, Manel Esteller, el investigador español a cargo del estudio, ha señalado que "la aparición de 'dobles' de una persona, como si fueran fotocopias, ha sido motivo de atención en las artes y la cultura popular, pero nunca había sido abordado desde el punto de vista científico".
La base de este estudio ha sido el análisis de las imágenes de 32 parejas fotografiadas por François Brunelle, un fotógrafo canadiense que dedicó años a fotografiar a personas que tenían un gran parecido físico.
Los investigadores usaron s tres métodos diferentes de reconocimiento facial, cuyos resultados arrojaron que 16 de los 32 pares originales (50 %) se parecían a los tres sistemas de reconocimiento facial. Las coincidencias resultan familiares a la identificación que se produce en el caso de gemelos.
"Curiosamente, los gemelos monocigóticos comparten rasgos faciales casi idénticos y la misma secuencia de ADN, pero pueden mostrar diferencias en otros parámetros biométricos. La expansión de la red mundial y la posibilidad de intercambiar imágenes de seres humanos en todo el planeta ha aumentado el número de personas identificadas en línea como gemelos o dobles virtuales que no están relacionados con la familia. Estos individuos comparten genotipos similares y difieren en la metilación de su ADN y en el paisaje del microbioma", detalla el estudio.
Los resultados permitieron descubrir que los dobles humanos comparten variaciones similares de su ADN, particularmente en relación con los genes involucrados en la formación de la boca, la nariz, los ojos, la barbilla y la frente.
En cambio, los 'dobles' no presentaban similitudes en cuanto a su epigenoma o su microbioma, dos 'perfiles' que tienen que ver con el ambiente y no a la herencia genética. "Las diferencias que tienen estas personas son debidos a estos cambios por ejemplo epigenéticos, que también son importantes. Nuestro artículo demuestra que la genética es muy importante para el aspecto y el comportamiento, pero la epigenética y el microbioma dan un margen de diferenciación, pueden influir para cambiar conductas o modificar riesgos de enfermedades", recuerda Esteller.
A continuación, los investigadores tomaron muestras de saliva de estos 'dobles' para analizar su perfil genético, epigenético y del microbioma y, además, les sometieron a un análisis para obtener sus características biométricas y a un cuestionario para conocer sus hábitos.
Asimismo, el parecido entre las parejas humanas identificadas no se limitó solo a rasgos faciales sino que los participantes reclutados también compartieron similitudes en cuanto al estilo de vida.estilo de vida "Los rasgos físicos como el peso y la altura, así como los rasgos conductuales como el tabaquismo y la educación, se correlacionaron en pares parecidos, lo que sugiere que la variación genética compartida no solo se relaciona con la apariencia física compartida, sino que también puede influir en los hábitos y el comportamiento comunes", advierten.
Esteller ha considerado que este estudio puede abrir nuevas líneas de investigación en el futuro en varios campos y ha destacado que, por un lado, "proporciona las bases para que a partir del análisis de la imagen y la forma de la cara se pueden diagnosticar enfermedades genéticas" y, por otro, permitiría reconstruir la cara de una persona desconocida a partir únicamente de una muestra de ADN.
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