Hay personas que sienten más los cambios meteorológicos en huesos y articulaciones, así es la meteorosensibilidad
Investigación y Tecnología
La meteorosensibilidad, también conocida como sensibilidad meteorológica, es un fenómeno en el cual ciertas personas experimentan cambios en su salud como respuesta a las condiciones climáticas
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¿Has notado alguna vez que te dolían mucho las articulaciones y los huesos y, de repente, ha empezado a llover? ¿Has pensado alguna vez que puede haber una estrecha relación entre este tipo de dolores y los cambios meteorológicos?
Se llama meteorosensibilidad, también conocida como sensibilidad meteorológica y es un fenómeno en el cual algunas personas experimentan cambios en su salud como respuesta a las condiciones climáticas. No se trata de una condición médica en sí misma, sino más bien de una respuesta individual a factores meteorológicos como cambios de temperaturas, presión atmosférica o variaciones en la humedad que se manifiestan en cambios en el estado de ánimo, dolores articulares o migrañas, respectivamente.
Síntomas físicos y mentales
La meteorosensibilidad puede presentar sintomatología física y mental. En el ámbito físico, la persona puede encontrarse con:
- Dolores articulares: Se intensifica el dolor en las articulaciones, afectando especialmente a aquellos con patologías como la artritis.
- Dolores de cabeza y migrañas: Los cambios de temperatura y la presión atmosférica reflejan dolores de cabeza y migrañas en personas sensibles.
- Fatiga: La exposición a temperaturas extremas, ya sea calor o frío, puede contribuir a la fatiga.
Por lo que respecta al ámbito mental, pueden presentarse:
- Cambios en el humor: Algunas personas experimentan cambios en el estado de ánimo, como irritabilidad o melancolía, en respuesta a ciertos climas.
- Dificultades para concentrarse: La meteorosensibilidad afecta también a la capacidad de concentración y al rendimiento cognitivo.
- Trastornos del sueño: Las condiciones meteorológicas adversas también influyen en la calidad del sueño, resultando en insomnio o alteraciones en los patrones de sueño.
Aunque la meteorosensibilidad es una realidad experimentada por muchas personas, la evidencia científica aún está en proceso de descubrimiento. De esta manera, las variaciones climáticas pueden afectar al sistema nervioso, al flujo sanguíneo y a la liberación de ciertas sustancias químicas en el cuerpo, contribuyendo así a los síntomas experimentados por aquellos sensibles al clima.
Llevar un diario de los síntomas puede ayudar a identificar patrones y entender cómo afecta el clima a cada persona y, de esta manera, minimizar los impactos negativos.
A qué se debe la meteorosensibilidad
Aunque todavía no hay una explicación clara sobre las causas que lo originan, hay factores que podrían explicar la relación entre el clima y la salud de estas personas.
- Cambios en la presión atmosférica: Las variaciones en la presión atmosférica son consideradas uno de los principales desencadenantes de la meteorosensibilidad. Lo que sucede es que estos cambios afectan al equilibrio de líquidos en el oído interno, por lo que se podría explicar la aparición de dolores de cabeza y las molestias en el oído que experimentan algunas personas.
- Impacto en el sistema nervioso: El clima también puede tener efectos sobre el sistema nervioso como, por ejemplo, en la liberación de neurotransmisores en el cerebro, por lo que podría influir en el estado de ánimo y la percepción del dolor.
- Reacción inflamatoria: Para personas con condiciones inflamatorias como la artritis, la meteorosensibilidad podría relacionarse con la respuesta inflamatoria del cuerpo a los cambios de temperatura y de humedad, agravando los síntomas y el malestar.
- Estímulos ambientales: Las variaciones en la temperatura y la humedad también se nota en la calidad del aire y en la concentración de alérgenos, por lo que afecta especialmente a quienes tienen problemas respiratorios.
- Genética y factores individuales: La predisposición genética y la salud general de cada individuo tiene un importante peso en la meteorosensibilidad, siendo más susceptibles a estos cambios.
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