La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Investigación y Tecnología
El verano es una de las épocas más esperadas del año, especialmente por los niños, que disfrutan al máximo en las playas y en las piscinas. Sin embargo, estas actividades estivales, aunque muy divertidas, no están exentas de riesgos para la salud de los más pequeños.
Durante esta temporada, la combinación de calor, agua y aglomeraciones son propicias para la apareción de ciertas enfermedades que les afectan principalmente a ellos. Una de las más frecuentes son las gastrointestinales, sobre todo en entornos acuáticos.
La ingestión accidental de agua contaminada en playas y piscinas producen problemas estomacales como gastroenteritis, causadas por bacterias como E. coli y salmonella o por virus como el rotavirus y norovirus ya que son microorganismos que se encuentran en el agua, un medio "ideal" para propagarse y los niños, al ser más propensos a tragar agua mientras juegan, son especialmente vulnerables a este tipo de infecciones.
Los síntomas van desde diarrea, vómitos, fiebre y malestar general, no revisten gravedad, se pasa en pocos días, aunque durante ese periodo se van a sentir bastante incómodos. En algunos casos, puede requerir atención médica.
"Durante los primeros días con vómitos o diarreas son pocas cosas las que has de vigilar, pero sí has de conocer los principales signos de deshidratación: Desasosiego, irritabilidad, piel fría y sudorosa, están tristón y deja de jugar, tendencia al sueño, debilidad o inestabilidad, ausencia de lágrimas al llorar; boca o lengua secas y pegajosas; ojos hundidos, ojeras; si hace menos pipí de lo habitual y observas que no lo ha hecho en las últimas 8-12 horas", detalla en el portal Infosalus la pediatra Lucía Galán Bertrand, más conocida en redes sociales como Lucía, mi pediatra.
Otra afección común es la otitis externa provocada por la entrada de agua en los oídos, que crea un ambiente húmedo y cálido, perfecto para el crecimiento de bacterias y hongos. Los niños que pasan mucho tiempo en el agua son más susceptibles a desarrollar esta condición, que se manifiesta con dolor, picazón e inflamación del oído. Para prevenirla, es recomendable secar bien los oídos después de nadar y, en algunos casos, usar tapones específicos para el agua.
"Es fundamental aplicar protector solar de amplio espectro con un alto factor de protección"
Las infecciones cutáneas también son una preocupación en el verano. La exposición prolongada al agua, combinada con el calor y la humedad, puede provocar irritaciones en la piel y favorecer infecciones bacterianas como el impétigo.
Se caracteriza por la aparición de ampollas y costras amarillentas, es altamente contagiosa y se propaga fácilmente entre los niños que juegan juntos en la playa o la piscina. En este sentido, es recomendable cuidar la higiene y el uso de cremas antibacterianas con las que prevenir y tratar estas infecciones.
Además, el verano trae consigo un aumento en la exposición solar, lo que puede causar quemaduras solares en la piel sensible de los niños. Las quemaduras solares no solo son dolorosas, sino que también aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel a largo plazo.
Es fundamental aplicar protector solar con un alto factor de protección y reaplicarlo cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar. Como complemento, tampoco está de más utilizar ropa protectora y limitar el tiempo de exposición al sol durante las horas en las que sol emite las radiaciones más intensas y fuertes como son entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
En las piscinas, otro problema frecuente es la irritación ocular causada por el cloro. Aunque este químico es esencial para mantener el agua limpia y libre de patógenos, puede ser irritante para los ojos, causando enrojecimiento, picazón y molestias. Para mitigar estos efectos, se recomienda el uso de gafas de natación y evitar el contacto prolongado con el agua clorada.
El pie de atleta una infección fúngica que afecta los pies, también es común en el verano, especialmente en áreas húmedas como los vestuarios y alrededores de las piscinas. Esta infección se presenta con picazón, enrojecimiento y descamación de la piel entre los dedos de los pies. Para prevenir el pie de atleta, es crucial usar sandalias o chanclas en las zonas comunes y secar bien los pies, especialmente entre los dedos, después de bañarse.
Por último, la conjuntivitis es otra enfermedad frecuente en verano y más si los ojos están expuestos, no solo al cloro, sino que estos tengan unos niveles inadecuados. En este sentido, va a causar enrojecimiento, secreción y picazón en los ojos. La higiene ocular adecuada y el uso de gafas de natación pueden ayudar a prevenir esta afección.
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