Pautas para controlar la hipertensión

En España, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte por enfermedad. Una de ellas es la hipertensión que es cuando las mediciones repetidas de la tensión arterial indican unas cifras iguales o superiores a 140 mmHg (milímetros de mercurio) de máxima o 90 mmHg de mínima.

Muchas veces no somos conscientes de que tenemos una presión arterial alta hasta que se manifiestan en nosotros una serie de síntomas por los que acudimos al médico, pensando que puede ser otra cosa. El facultativo nos toma la tensión y nos damos cuenta de que está "por las nubes". Es en ese momento cuando recordamos el tiempo que llevamos sin tomarnos la tensión, pero hay que hacerlo de manera regular, sobre todo, a cierta edad y en ciertos momentos del año en los que somos más propensos a superar los valores normales.

Principales riesgos de no controlar la hipertensión arterial

Cuando la tensión arterial está demasiado alta, el corazón, que es nuestro principal motor, está trabajando bajo una presión excesiva y eso desgasta a largo plazo, por lo que no controlar esa presión, es ignorar la advertencia constante de que algo no va bien en nostros.

Los problemas de corazón están ahí y pueden ocurrir en cualquier momento, pero suele ser a edades más avanzadas cuando aumentan los riesgos de que sucedan y, por tanto, debe ser más frecuente el control que le haces a tu presión arterial.

Con el tiempo, los vasos sanguíneos pierden parte de la elasticidad y hace que el corazón tenga que esforzarse más, por lo que dejar de lado el control de la tensión arterial, puede hacer que algo silencioso o sin síntomas evidentes, te exponga a problemas más serios.

"Los riñones trabajan más duro para filtrar la sangre, lo que puede traer más problemas a largo plazo"

Un infarto o un derrame cerebral se encuentran entre los principales riesgos, convirtiéndose en acontecimientos que cambien tu vida en cuestión de segundos y para siempre, debido a que puede presentarse en cualquier momento. Cuando sucede, te encuentras con secuelas que, de entrada, limitan tu independencia y la de los que están a tu alrededor ya que podrías tener dificultades para caminar, hablar o incluso realizar las tareas más sencillas.

Sin embargo, el problema no solo puede ser con el corazón, sino también con tus riñones porque tienen que trabajar más duro de lo normal para poder filtrar la sangre, por lo que, poco a poco, se van dañando y puede provocarnos insuficiencia renal. Lo mismo pasa con los ojos, que también se ven afectados y, sin darnos cuenta, podemos empezar a perder visión.

Medidas preventivas para controlar la hipertensión arterial

Una vez que sabemos lo que nos puede pasar, si ignoramos el control de la tensión arterial y, mucho más, cuando hemos tenido anteriormente episodios de hipertensión, debemos tomar medidas preventivas para evitar que vuelva a suceder en la medida de lo posible.

Lo primero que tenemos que hacer es cambiar de hábitos de vida. Si el cuerpo nos ha avisado es porque algo no estábamos haciendo bien, así que lo primero, después de tomarnos la tensión y comprobar los valores, es cuidar la alimentación. La dieta, entendida como forma de alimentarnos, es clave. Esto quiere decir que hay que aumentar la ingesta de frutas y verduras y eliminar las grasas, además de moderar el consumo de sal.

Otra cosa que tienes que tener en cuenta es mantenerte activo. El ejercicio fortalece tu corazón y mejora la circulación, lo que ayuda a mantener la presión bajo control. No tienes que hacer grandes esfuerzos, ni nada excesivo. Simplemente con caminar, pasear en bici o nadar, por ejemplo, conseguirás mejorar tu estado de salud.

Una buena alimentación y el ejercicio favorecen también el contro del peso ya que este también es un factor determinante a la hora de que puedan desarrollarse enfermedades como la hipertensión arterial, por lo tanto controlar nuestro peso es una buena medida preventiva.