Tribuna Económica
Carmen Pérez
T area para 2025
Investigación y Tecnología
"La paciencia es la madre de la ciencia". Ser paciente es una virtud que cuesta desarrollar, pero no es imposible porque adquiriendo ciertos hábitos, se puede entrenar. Por ejemplo, practicando la atención plena y la conciencia del momento presente.
Cuando las personas tienen expectativas de que algo suceda en un tiempo determinado y esas expectativas no se cumplen, pueden sentirse frustradas e impacientes. La necesidad de control y certeza puede provocar irritación cuando las cosas no avanzan según lo planeado, por lo que sentir que no se tiene control sobre una situación puede generar ansiedad e impaciencia.
En este sentido, la psicóloga Patricia Ramírez, asegura que "la paciencia nos obliga a ser más reflexivos, a cometer menos errores y al mismo tiempos a ser más respetuosos y más agradecidos. La paciencia nos educa en valores. Ser paciente es una clara ventaja en la vida actual". La gente paciente tiene menos ansiedad y sufre menos frustración que las personas pocos reflexivas e impacientes.
1.- Para, observa y respira En un mundo donde todo parece ocurrir rápidamente, las personas pueden acostumbrarse a la instantaneidad. Cuando las cosas no suceden tan rápido como se espera, puede surgir la impaciencia. A veces vamos tan rápido que no tenemos tiempo de valorar lo que pasa a nuestro alrededor y en realidad solo se trata de observar.
2.- Reflexiona ¿Realmente eso que te corre tanta prisa es tan urgente? ¿Es tan importante? No todas las cosas pueden tener la misma importancia. Las demandas externas, como plazos apremiantes, presiones laborales o sociales, pueden generar impaciencia, especialmente si se percibe la falta de control sobre la situación.
3.- Valora las consecuencias de ser impacientes Puede ser una multa, un enfado con tu pareja, que tus hijos o tus amigos no quieran saber nada de ti.... Las personas con una baja tolerancia al estrés pueden ser más propensas a la impaciencia, ya que tienen dificultades para lidiar con la incertidumbre y la demora.
4.- Mejor un poco más despacio Las personas que se centran demasiado en el futuro pueden sentir frustración si las cosas no suceden de inmediato. Así que no tengas prisa. Come despacio, camina despacio, conduce despacio...
5.- Utiliza un lenguaje que indique ir más despacio Para cultivar la paciencia, también es necesario cuidar las palabras que verbalizamos. Utilizar términos como despacio, tranquilo, ten calma... te ayudará a serenar tu mente.
Tener paciencia ofrece numerosos beneficios que afectan positivamente en ciertos ámbitos de nuestra vida como que contribuye a reducir el estrés y la ansiedad porque, al enfrentar situaciones con calma, se promueve un estado mental más equilibrado y tranquilo.
Permítete comprender las perspectivas de los demás, fomentando la comunicación efectiva. Ya verás como te ahorras muchos conflictos innecesarios. ¿Sabías que la paciencia es clave para mantener relaciones positivas? No solo con los demás, sino contigo mismo. Para conseguir logros significativos, se requiere tiempo y perseverancia, por lo que la paciencia es clave para mantenerte en el camino de conseguir metas a largo plazo y superar obstáculos.
Al abordar problemas con paciencia, se favorece la búsqueda de soluciones efectivas en lugar de reacciones impulsivas que podrían empeorar la situación, por lo que encontrarás un beneficio en el bienestar emocional interno, manejando las frustraciones y los contratiempos de una manera más saludable para ti.
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