¿A qué órganos afecta el consumo prolongado de ibuprofeno y paracetamol?

Con el paracetamol y el ibuprofeno lo tenemos muy fácil ya que podemos acceder a ellos cuando nos haga falta. Es lo primero que tomamos cuando nos duele algo, sin pararnos a pensar si hay otras alternativas igual de válidas que puedan calmar nuestro dolor. Sin embargo, es algo que sí deberíamos pensar, pese a que tenemos muy normalizado este comportamiento.

El 12% de los ingresos hospitalarios tienen su origen en enfermedades fruto de los efectos secundarios por un consumo frecuente de analgésicos tan habituales y tan accesibles como son el paracetamol y el ibuprofeno.

"Es la forma más rápida de encontrar una solución para nuestras molestias" — Antonio Torres - Miembro del grupo de Dolor de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMFYC)

En este sentido, Carmen Suárez, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid hace hincapié en los riesgos que conlleva abusar de los analgésicos. "Puede afectar al hígado, provocando daño hepático, y puede afectar al riñón", explica. Pero también fallo renal agudo, hemorragias digestivas, crisis hipertensivas, insuficiencia cardiaca o infarto.

Por otro lado, el doctor Antonio Torres, del grupo de Dolor de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMFYC) aclara que "hay una tendencia natural a usar el medicamento lo primero. Es la forma más rápida de encontrar una solución para nuestras molestias, pero muchas veces bastaría con otra actividad como relajarse o tomarse un alimento, por ejemplo, si duele la cabeza", sentencia.

Bajo prescripción médica

Ibuprofeno y paracetamol son analgésicos para los que no necesitamos receta médica, por lo que podemos tenerlos en cualquier momento y es lo que lo hace todavía más "peligroso", ya que al tomarlo por nuestra cuenta, no pensamos que también debemos respetar las dosis límite.

"Se ha pasado del paracetamol al ibuprofeno y también se ha pasado de la dosis habitual de paracetamol de 650 gramos a la de un gramo"

Pero que no necesitemos receta para poder comprarlos, no quiere decir que debamos tomarlos por nuestra cuenta. "Tienen que tomarse bajo prescripción médica, tienen que tomarse a la dosis adecuada y tienen que tomarse durante el tiempo adecuado", recuerda en una entrevista a Antena 3 Noticias la doctora Carmen Suárez, jefa del Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid.

Drogas del siglo XXI

El doctor Torres habla del ibuprofeno como una de las drogas del siglo XXI y aclara que "forma parte de esos fármacos con tendencia a un consumo sin conocimiento adecuado. Los medicamentos tienen riesgos y la gente desconoce su uso. Hoy me hablaba una persona de que su madre, de 70 años, consumía hasta cinco ibuprofenos al día", resalta el especialista a Infosalus.

La experta del grupo de trabajo de la Gestión del medicamento de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Paloma Casado, asegura que en la actualidad está habiendo un consumo excesivo de ibuprofeno.

"Se ha pasado del paracetamol al ibuprofeno y también se ha pasado de la dosis habitual de paracetamol de 650 gramos a la de un gramo. Se trata también de algo cultural, el tomar lo más potente para que nuestro dolor se vaya lo antes posible", indica a Infosalus la doctora.

El especialista de la SEMFYC alerta de que "el paracetamol tiene un perfil de seguridad muy bien establecido pero eso no significa que no tenga riesgos. Es un fármaco que a partir de ciertas dosis puede ser dañino para el hígado", avisa.

Los riesgos de la automedicación

La automedicación es una práctica bastante común, pero conlleva una serie de riesgos significativos para la salud. Por ejemplo, cuando una persona se automedica, puede tener un diagnóstico inadecuado de su enfermedad. Esto puede llevar a tratarla incorrectamente o, incluso, a empeorarla.

Muchos medicamentos tienen efectos secundarios, los cuales pueden variar según la persona. Automedicarse sin el asesoramiento de un profesional puede aumentar el riesgo de alergias, toxicidad o efectos graves sobre órganos como el hígado, riñones o corazón.

Por otra parte, si estás tomando otros medicamentos, la automedicación puede interferir en los principios activos de los otros medicamentos, además de provocar interacciones peligrosas entre los fármacos, reduciendo su efectividad o provocando efectos no deseados. Esto suele ocurrir de manera más frecuente con medicamentos que afectan el sistema nervioso o cardiovascular.

Uno de los principales problemas de la automedicación con antibióticos es el uso incorrecto o excesivo, lo que puede llevar al desarrollo de bacterias resistentes a estos fármacos. Esto significa que, en el futuro, los antibióticos pueden no ser efectivos para tratar infecciones que anteriormente se controlaban fácilmente.

Automedicarse puede llevar a tomar dosis incorrectas, ya sea demasiado alta o baja. Si la dosis es muy baja, el medicamento podría no ser efectivo; si es demasiado alta, puede ser tóxico o causar efectos secundarios graves.

Algunos medicamentos pueden aliviar temporalmente los síntomas sin tratar la causa subyacente de la enfermedad. Esto puede retrasar el diagnóstico y tratamiento adecuado, lo que podría empeorar la situación a largo plazo.