Te da likes, ve tus historias pero no te habla: así es el 'orbiting', la práctica que te crea dependencia de un 'casi algo'
Salud
Sevilla/El 'orbiting' es un fenómeno que ha surgido recientemente en el mundo de las relaciones sociales en las redes. Esta práctica, que se está convirtiendo en algo bastante habitual en las interacciones a través de las redes sociales, se refiere a lo que hace una persona que interactúa en las redes sociales con alguien con quien ha mantenido una relación previa. Lo peculiar del 'orbiting' es que, a pesar de estas interacciones, como ver historias de Instagram o dar 'likes' a publicaciones en Facebook, no existe un compromiso real ni una comunicación directa que progrese hacia una relación.
Para entender el 'orbiting', podemos compararlo con un satélite que gira alrededor de un planeta. El 'orbiter', la persona que realiza 'orbiting', se mantiene en la periferia de la otra, observando y haciendo pequeñas interacciones, pero nunca llegando a aterrizar o establecer un vínculo más profundo. Esta conducta puede ser confusa y frustrante para quien está en el otro lado, el que recibe de estas notificaciones, ya que transmite señales contradictorias que pueden interpretarse como un interés a medias.
Esta práctica es especialmente común en relaciones que en un principio comenzaron, o se establecieron, en medios digitales. En el contexto de citas online, por ejemplo, es común que, incluso aunque ya no se sigan viendo en persona, el 'orbiting' continúe. Esto puede pasar después de una primera cita que no cuajó o al finalizar una relación más larga. El 'orbiter' deja de comunicarse directamente, pero sigue presente online, como un recordatorio constante de su existencia en la vida del otro.
Los expertos dicen que el 'orbiting' puede ser incluso más perjudicial que el 'ghosting', que es cuando alguien con quien se tenía una conexión desaparece sin dejar rastro ni explicación. Mientras que el 'ghosting' corta la comunicación de manera abrupta, el 'orbiting' deja una puerta entreabierta, lo que puede crear una sensación de esperanza en la persona que está siendo "orbitada". Esto puede resultar en una especie de dependencia emocional, donde la 'víctima' de 'orbiting' se encuentra en constante espera de una señal que nunca llega.
Para aquellos que experimentan el 'orbiting', los efectos pueden ser complejos. La incertidumbre y la ambigüedad de la situación pueden hacer más difícil el proceso de seguir adelante. Algunos psicólogos advierten que esta práctica puede impedir la recuperación emocional después de una relación, ya que no permite un cierre claro y definitivo.
La clave para luchar contra el 'orbiting' podría ser establecer límites claros y reconocer que estas interacciones online no son necesariamente un reflejo de la realidad o del verdadero interés de la otra persona. También hay que recordar la importancia de la comunicación abierta y directa en cualquier tipo de relación. Aquellos que se encuentran haciendo 'orbiting' pueden no ser conscientes del impacto emocional que sus acciones tienen, por lo que habla de manera honesta podría ser un paso para resolver la situación de una manera más sana para ambos.
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