¿Por qué no podemos olvidar nuestro primer amor? La ciencia da la clave
¿Por qué no podemos olvidar nuestro primer amor? La ciencia da la clave
Raquel Narbona Valiente

23 de septiembre 2024 - 08:08

El primer amor es el tema más famoso en todas partes, tanto en canciones, películas, novelas románticas, etc., con la idea de que este es imposible de olvidar. Esta idea de que el primer amor es inolvidable ahora tiene un respaldo científico que explica por qué nuestro primer amor se queda grabada tan profundamente en nuestra memoria y emociones.

¿Qué dice la ciencia sobre el primer amor?

La especialista en neurociencia Cristina Aguillón Solís ha profundizado en el tema y dice que el primer amor es tan inolvidable porque está vinculado directamente a la estructura cerebral que gestiona nuestras emociones más profundas: el sistema límbico. Este sistema se encarga de generar respuestas emocionales, y, según Solís, el amor nace en esta región del cerebro, por lo que se queda marcada la primera vez que lo vivimos.

Cuando nos enamoramos por primera vez, no solo notamos esa sensación de placer y mariposas en el estómago, sino que esta sensación se graba profundamente en el hipocampo, la parte del cerebro responsable de almacenar recuerdos a largo plazo. Esto significa que no solo recordamos a la persona, sino también los lugares, momentos, sensaciones y emociones que vinculamos con ella. Es algo parecido a lo que ocurre con los recuerdos de la infancia, como el olor de una comida favorita que preparaba nuestra madre.

La dopamina y el amor 

La antropóloga Helen Fisher, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, también ha dado otra clave para poder entender por qué el primer amor es tan poderoso, estudiando cómo el cerebro responde cuando estamos enamorados. Fisher concluyó que las personas, cuando se enamoran y están cerca de la persona a la que aman, estas generan una gran cantidad de dopamina, el neurotransmisor responsable de la sensación de placer.

En cambio, cuando esa persona no está o cuando la relación termina, el cerebro experimenta una especie de síndrome de abstinencia, parecido al que sienten los adictos a las drogas. Es decir, al no recibir la cantidad de dopamina a la que estábamos acostumbrados, el cuerpo y la mente entran en un estado de malestar y añoran lo que tenían.

El amor y la memoria

Otra investigación es la de Ayala Malach Pines, de la Medical School for International Health de Ben Gurion, en Israel. Ella dice que, cuando las mujeres se enamoran, el cerebro activa áreas relacionadas con la memoria y la rememoración. Aquí la dopamina no solo genera una sensación de placer, sino que también refuerza los recuerdos que vincula a la persona a la que ama, por lo tanto, el primer amor deja una huella especialmente fuerte porque es la primera vez que estas áreas cerebrales se activan con tanta intensidad.

No se trata solo de la persona en sí, sino de todo lo que rodeó esa experiencia: los momentos que compartieron juntos, los lugares que visitaron, las emociones... todo ello queda grabado en nuestra memoria emocional.

¿Por qué es tan difícil olvidar el primer amor?

Según Aguillón Solís, el primer amor no solo activa nuestro sistema límbico, sino que está profundamente vinculado a nuestra nostalgia. Esto significa que los recuerdos del primer amor no desaparecen, sino que se queda en nuestra memoria y pueden salir a la luz fácilmente con estímulos externos, como escuchar una canción que escuchábamos en esa época o visitar un lugar relacionado con esa experiencia.

El primer amor, a diferencia de otras relaciones que puedan surgir después, tiene el poder de sorprendernos porque es una experiencia nueva y profunda. El cerebro registra esa novedad y, por ende, lo almacena con más fuerza. Esta primera relación nos impacta de tal manera que en muchos casos define nuestras expectativas y comportamientos en relaciones futuras.

Otra razón por la que el primer amor es tan difícil de olvidar es que, a medida que pasa el tiempo, tendemos a idealizarlo. La nostalgia nos lleva a recordar solo las cosas positivas de esa relación, dejando a un lado las partes difíciles o dolorosas que también vivimos. Esto puede llegar a provocar que volvamos una y otra vez a esos recuerdos, alimentando la idea de que fue una de las experiencias más bonitas e importantes de nuestra vida.

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