Soy nutricionista y te explico qué es más preocupante, ¿estar hinchado o estar inflamado?

Investigación y Tecnología

Marián García (Boticaria García): "Estar inflamado es algo más complicado"

El "peligro" de tener un organismo inflamado es que puede deberse a un estado de alerta permanente

Este doctor explica las mentiras de las dietas "antiinflamatorias" a través de una escala de alimentos

Los alimentos antiinflamatorios que, según Harvard, no pueden faltar en tus platos

Mujer en la cama con dolor abdominal
Mujer en la cama con dolor abdominal / Freepik

Aunque pueda parecer lo mismo ya que comparten características, la hinchazón y la inflamación no son lo mismo. Para que nos quede claro, la nutricionista Marián García, conocida en redes sociales como Boticaria García, nos explica la diferencia entre ambos conceptos y qué tenemos que hacer en cada caso.

Por ejemplo, cuando nos sentimos hinchados es porque tenemos una acumulación excesiva de líquido en los tejidos y puede darse en cualquier parte del cuerpo, pero suele ser más habitual en manos, pies, tobillos y piernas. Puede deberse a cuestiones hormonales, consumo excesivo de sal, insuficiencia renal o cardíaca, así como también al consumo de ciertos medicamentos.

La hinchazón generalmente se manifiesta como una expansión visible del área afectada y se puede acompañar de una sensación de pesadez o de tensión en la piel. La inflamación, por su parte, es una respuesta del sistema inmunológico a una lesión, infección o irritación y se produce como mecanismo de defensa del cuerpo para la reparación de los tejidos dañados.

Las causas de la inflamación pueden incluir infecciones bacterianas, virales o fúngicas, lesiones físicas como cortes o esguinces, enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y enfermedades crónicas como la enfermedad de Crohn.

"Estar inflamado es algo más complicado", señala la Boticaria García. "Consiste en que nuestro cuerpo, por un exceso de grasa, por estrés psicológico, por comer mal y no movernos mucho, por tener la microbiota poco cuidada, por el tabaco y otros contaminantes, está en estado de alarma de manera permanente", aclara para explicar que la inflamación es más preocupante que la hinchazón.

Diferencias clave entre hinchazón e inflamación

No es lo mismo estar hinchado que estar inflamado. Aunque la hinchazón puede ser un componente de la inflamación, no todas las hinchazones son inflamatorias y viceversa. En primer lugar, la hinchazón se debe a una retención de líquidos o a otros factores como una lesión. Y la inflamación es una respuesta que da el sistema inmunológico a una infección.

Al tratarse de dos patologías que se presentan por diferentes causas, también la sintomatología se va a mostrar de manera distinta. De hecho, la hinchazón solo es un aumento del volumen en una determinada zona del cuerpo. Mientras que la inflamación se acompaña de enrojecimiento, calor, dolor y a veces fiebre o malestar general.

Otra de las cosas que nos permiten diferenciar ambos conceptos es que la hinchazón es temporal y se resuelve una vez que se elimina el problema que la desencadenado. En cambio, la inflamación puede ser de corta o larga duración, según la causa por la que se originó. Así que los tratamientos también son diferentes.

El de la hinchazón incluye elevar la parte afectada, compresión, diuréticos para reducir la retención de líquidos y cambios en la dieta. Por el contrario, la inflamación puede requerir el uso de antiinflamatorios, antibióticos si hubiera una infección e, incluso, terapias específicas para tratar la zona afectada.

Alimentos antiinflamatorios

El "peligro" de tener un organismo inflamado es que puede deberse a un estado de alerta permanente, por lo que va a ser necesario vigilar de cerca el tipo de dieta que estamos llevando y si hace falta, cambiarla.

Según la Universidad de Harvard, la dieta antiinflamatoria consiste en llevar una alimentación como otra cualquiera teniendo en cuenta incluir los alimentos que más favorecen a nuestra desinflamación. En este caso, serían los de origen vegetal, entre los que encontramos los tomates o las verduras crucíferas como las coles, brócolis o coliflores, el ajo, la cebolla o el puerro.

También es importante que se consuma aceite de oliva, frutos secos como las nueces, el pescado rico en ácidos grasos omega-3 y las frutas como las fresas, los arándanos, las cerezas y las naranjas, respectivamente. Sin olvidar, los condimentos como la cúrcuma o el jengibre que son antiinflamatorios naturales.

stats