Mitos y verdades del virus del Nilo
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El virus del Nilo Occidental ha sido uno de los grandes problemas del verano de 2024 para muchos pueblos de Sevilla. En los primeros días de septiembre se han confirmado ocho nuevos casos de personas afectadas por la enfermedad causada por los mosquitos en localidades como Coria del Río (donde han fallecido dos vecinos), Utrera, Dos Hermanas, Gelves, Guillena y San Juan de Aznalfarache.
Respecto a la enfermedad pueden surgir dudas, así como algunos conceptos erróneos que se relacionan con la misma.
¿Qué es lo que es verdad y qué no es cierto sobre el virus del Nilo?
Es bien sabido que esta enfermedad es transmitida por un tipo de mosquitos, concretamente los del género Culex. Sin embargo, una persona contagiada no puede hacer de vector del virus y contagiar a otra. Además tampoco puede transmitirse por contacto o por gotas, ni por contacto directo de personas infectadas que sufran de la enfermedad. La enfermedad, por otra parte, se sabe que puede transmitirse por contacto con “otros animales infectados o con su sangre y otros tejidos”.
También puede haber algunas ideas falsas en torno a cuándo pueden aparecer los síntomas, ya que en realidad en muchos casos no se presentan y la mayoría de la gente que pasa la enfermedad es asintomática. En estos casos, desde la OMS estiman que aproximadamente el ocho de cada 10de los afectados no presentan síntomas, pero quienes lo hacen lo harán tras unas dos semanas de incubación. Quienes lo hacen pueden tener síntomas de fiebre (una de cada cinco personas), que puede estar acompañada por dolor de cabeza y del cuerpo y las articulaciones, vómitos, diarrea y sarpullidos.
No se debe pensar que sufrir esta enfermedad es sinónimo de presentar síntomas graves, ya que las probabilidades de sufrirlos son aproximadamente de una entre 150. Sin embargo, de cara a estos casos es importante reconocer los síntomas para poder recibir la atención médica adecuada. La OMS destaca que los síntomas graves pueden traducirse en problemas como encefalitis (inflamación del cerebro) o meningitis (inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal). La sintomatología relacionada incluye fiebre alta, dolor de cabeza, rigidez en el cuello, desorientación, temblores, convulsiones, pérdida de la visión, entumecimiento, parálisis, entre otras como el coma.
También es un mito que solo las personas mayores puedan verse afectadas por los síntomas graves causados por el virus del Nilo. La OMS señala que la enfermedad grave puede afectar a las personas independientemente de su edad, aunque sí que reconoce que hay una serie de grupos de riesgo en los que se encuentran las personas de más de 60 años, las personas con enfermedades previas (desde cáncer, a diabetes, hipertensión o problemas renales, entre otros). Junto a ellas, también tienen mayor riesgo de sufrir una enfermedad grave causada por el virus del Nilo aquellas personas que hayan recibido trasplantes de órganos o tengan problemas relacionados con el sistema inmunitario.
¿Existe una vacuna o tratamiento para el virus del Nilo? Aunque ya hay vacunas para equinos, cuando se habla de personas la verdad es que no hay medicamentos específicos para tratar el virus del Nilo, al menos por ahora. Desde la OMS señalan que en los casos leves “el reposo, los líquidos, y los medicamentos para el dolor de venta sin receta, pueden aliviar algunos síntomas”. Sin embargo, en los casos más graves, suele ser necesaria la hospitalización del paciente para que reciba los tratamientos adecuados a sus síntomas.
Al no existir las vacunas es importante seguir las pautas recomendadas por los expertos, como el uso de repelentes (tanto ambientales como individuales), ropa clara que tape gran parte de la piel o el uso de mosquiteras en las puertas y ventanas de las viviendas.
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