Leticia Martín Enjuto, psicóloga, explica algunas razones del aislamiento en la adolescencia: "La clave está en conseguir que nuestro adolescente vea un lugar seguro en la familia"

Investigación y Tecnología

Leticia Martín Enjuto, psicóloga.
Leticia Martín Enjuto, psicóloga. / Cedida por Leticia Martín Enjuto

La adolescencia es una etapa de cambios profundos que marcan el desarrollo de la identidad y la personalidad de los jóvenes. Durante este periodo, los adolescentes atraviesan transformaciones biológicas, hormonales y cognitivas que influyen en su manera de relacionarse con el mundo. Esta fase de construcción personal está marcada por una mezcla entre la búsqueda de su independencia y la necesidad de pertenencia a un grupo, además de la exploración de nuevas experiencias. Sin embargo, a menudo surgen conflictos con la familia y sentimientos de soledad que pueden ser difíciles de manejar.

Uno de los principales retos que enfrentan tanto los adolescentes como las familias es encontrar el equilibrio entre la autonomía y el apoyo familiar. En este sentido, la comunicación efectiva juega un papel clave en este proceso, al igual que el acompañamiento en el uso de las tecnologías y las redes sociales. Veamos cuáles son los aspectos más relevantes del desarrollo adolescente y cómo la familia y el entorno pueden influir en su bienestar emocional y psicológico.

El desarrollo de la personalidad en la adolescencia

Durante la adolescencia, la identidad comienza a consolidarse. No solo se trata de un proceso interno, sino que el entorno juega un papel fundamental en la construcción de la personalidad. A nivel neurológico, el cerebro reptiliano, que controla los instintos y las emociones, es el más activo, lo que explica la impulsividad y la toma de decisiones a veces irracionales. En cambio, la corteza prefrontal, encargada del razonamiento y la resolución de problemas, no está completamente desarrollada hasta los 25 años. Esta realidad neurobiológica hace que los adolescentes se enfrenten a grandes desafíos en la toma de decisiones y en la gestión de sus emociones.

El apoyo familiar es crucial en este proceso. Un ambiente en el que se fomente la comunicación abierta y la validación de emociones favorece un desarrollo más estable. Por el contrario, un entorno restrictivo o conflictivo puede generar inseguridades y dificultades en la construcción de la identidad.

"Es importante que los padres fomenten un ambiente de confianza y diálogo"

A pesar de estar rodeados de amigos, redes sociales y actividades, muchos adolescentes experimentan una profunda sensación de soledad. La necesidad de independencia se entrelaza con la fuerte búsqueda de pertenencia al grupo, lo que puede generar sentimientos contradictorios. La presión social y las expectativas externas también influyen en su bienestar emocional.

"Es importante apuntar", manifiesta la psicóloga sanitaria y forense, Leticia Martín Enjuto, que "la soledad no siempre es negativa. Hay momentos en los que el adolescente necesita refugiarse, aislarse para reflexionar y pensar sobre qué opciones son más ventajosas para él". Sin embargo, "sí que es cierto", prosigue la psicóloga, "que si esta soledad se ve prolongada en el tiempo, cabe la posibilidad de que el menor transite por emociones que por su complejidad, todavía no sabe gestionar".

La relación con los padres en la adolescencia

Hay menores que durante la infancia tienen muy buena relación con los padres y cuando llegan a la adolescencia empiecen a distanciarse. Ya no hablan como antes, se encierran en su cuarto, la relación entre padres e hijos es prácticamente inexistente. Ante esto surge una pregunta, ¿qué sucede en la adolescencia para que muchos hijos pasen de tener un trato cercano con sus padres al aislamiento más absoluto y a un contacto prácticamente cero?

"El distanciamiento es un punto que acostumbro a ver mucho en consulta, cuando padres e hijos no terminan de tener el acercamiento que, hasta la fecha, había tenido lugar. La independencia cobra un papel importante en ellos. En estancias, les impulsa a refugiarse y tratar de encontrar esa autonomía por mediación de sus propios medios, generando cierta distancia con respecto a sus progenitores", argumenta la psicóloga.

También influyen factores como el estrés académico, la influencia externa y la falta de comunicación efectiva los cuales contribuyen a esta brecha generacional. Para evitar una desconexión total, es importante que los padres fomenten un ambiente de confianza y diálogo. La comprensión y la empatía son herramientas fundamentales para fortalecer la relación y evitar conflictos innecesarios.

En ocasiones, los padres no preguntan y no entran en su cuarto porque no quieren invadir su intimidad. Están tranquilos porque piensan que por estar en su habitación se encuentran en un lugar seguro, pero, ¿dónde está el límite que separa la sobreprotección, del pensamiento de no querer invadir la intimidad del adolescente? Según Leticia Martín, "encontrar el equilibrio entre ofrecer apoyo y permitir que el menor adopte sus propias decisiones, es una temática complicada".

Por un lado, la sobreprotección puede generar inseguridad y falta de habilidades para afrontar los desafíos de la vida adulta. En cambio, respetar su espacio sin dejar de guiarlos es la mejor estrategia.

Para lograr este equilibrio, los padres deben ofrecer orientación sin que esta se perciba como una invasión. "La clave está en conseguir que nuestro adolescente vea un lugar seguro en la familia, un lugar donde poder sentirse cómodo, al mismo tiempo que se permita, y permita a la familia el entendimiento mutuo", apunta la psicóloga.

El refugio en la tecnología y el aislamiento

Las redes sociales son una herramienta de doble filo en la vida de los adolescentes. Por un lado, les permiten socializar, informarse y expresarse. Sin embargo, también pueden exponerlos a contenidos inadecuados, presión social y comparaciones poco realistas.

En este sentido, es fundamental que los padres y tutores desempeñen un papel activo en la educación digital de sus hijos. Enseñarles a evaluar críticamente la información que consumen y a establecer límites saludables en el uso de la tecnología es clave para evitar riesgos.

El hecho de que un adolescente pase largas horas en su habitación o utilizando dispositivos electrónicos no siempre es motivo de alarma. En muchos casos, este comportamiento es una forma de desconectar del estrés o explorar su identidad. Sin embargo, cuando el aislamiento es excesivo y se observan cambios drásticos en su estado de ánimo, puede ser una señal de alerta.

El papel de los padres es clave en la detección temprana de problemas emocionales. Fomentar un ambiente de confianza y comunicación, sin caer en la imposición o el control excesivo, ayudará a los adolescentes a encontrar un equilibrio entre su vida digital y sus relaciones personales. "Cuando los jóvenes no encuentran un entorno familiar donde se sientan seguros para expresar sus pensamientos y emociones, es más probable que se aíslen o se refugien en dispositivos tecnológicos".

La adolescencia es una etapa de exploración y autodescubrimiento que puede ser desafiante tanto para los jóvenes como para sus familias. La clave para un desarrollo saludable radica en la comunicación, el respeto mutuo y el apoyo emocional. Comprender los cambios que atraviesan los adolescentes y acompañarlos en su proceso sin invadir su privacidad es la mejor forma de fortalecer los lazos familiares y contribuir a su bienestar emocional.

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