Lesión en los isquiotibiales: por qué se producen y cómo podemos evitarlas
Lesión de Ejuke
La lesión de los isquiotibiales se produce cuando uno o más de estos músculos se estiran más de lo que puede su capacidad
El músculo puede volver a romperse hasta en varias ocasiones después de que se haya roto una primera vez
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Los isquiotibiales son un grupo de tres músculos situados en la parte posterior del muslo, que se extienden desde la pelvis hasta la parte superior de la tibia. Estos músculos son responsables de que podamos flexionar la rodilla y extender la cadera, lo que nos permite correr, saltar y hacer movimientos rápidos. Así que una lesión en esta parte del cuerpo nos deja bastante incapacitados durante un tiempo.
Una lesión de los isquiotibiales ocurre con mucha frecuencia en futbolistas, sobre todo si son profesionales de élite, debido a que es un deporte que requiere de mucha exigencia física y se hacen muchos movimientos bruscos y explosivos durante los partidos. Esto fue lo que le ocurrió el pasado domingo al jugador del Sevilla F. C., Chidera Ejuke en Montjuic, una lesión de alto grado en los isquiotibiales del muslo izquierdo y por la que estará, según fuentes oficiales, tres meses de baja.
Veamos en qué consiste y si hay algunas pautas que podamos seguir para evita esta lesión o al menos para que no sea tan grave.
¿En qué consiste una lesión de isquiotibiales?
La lesión de los isquiotibiales se produce cuando uno o más de estos músculos se estiran más de lo que puede su capacidad o se desgarran parcial o completamente. La gravedad de la lesión dependerá del grado de su desarrollo y pueden ser de tres tipos:
- Grado 1 (nivel): Es cuando hay un estiramiento excesivo del músculo sin desgarro significativo.
- Grado 2 (moderado): Hay un desgarro parcial del músculo.
- Grado 3 (tumba): Se produce un desgarro completo del músculo, lo que puede requerir cirugía.
La lesión se produce debido a la combinación de varios factores desde que van desde la fatiga muscular, una falta de calentamiento adecuado o una descoordinación al hacer un sprint o un cambio de dirección repentino, como suele pasarles a los futbolistas.
Cuando el músculo se rompe, el jugador siente un dolor repentino y agudo en la parte posterior del muslo, junto con una sensación de "tirón" o desgarro, la zona está hinchada y sensible, por lo que la persona tiene dificultad para caminar y mucho menos puede correr. En casos graves, la zona puede adquirir una tonalidad morada.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento en una lesión de isquiotibiales depende del grado de la misma, además de la zona exacta donde se haya producido. El músculo isquiotibial se divide en tres músculos: bíceps femoral, semitendinoso y semimembranoso, siendo el bíceps femoral donde se produce realmente la lesión.
En los primeros días, se recomienda reposo para evitar que empeore la lesión. Esto incluye no correr ni hacer movimientos bruscos, especialmente en las primeras 48 horas de la lesión la cual está inflamada y dolorida. Para ello, aplicaremos hielo y vendas de comprensión con la idea de que la zona se inflame más de lo que debería.
Asimismo, pondremos la pierna en alto para reducir la sobrecarga. En condiciones superiores, como la situación del jugador del Sevilla, habría que empezar un proceso de fisioterapia una vez que haya pasado el dolor agudo que, en su caso, es más grave. La cuestión es evitar por todos los medios la sobrecarga de la zona.
Si el dolor persiste o es muy intenso hay que tomar antiinflamatorios con el fin de alivar el dolor y la inflamación y ya en casos más graves, la solución está en pasar por quirófano. En este sentido es que estaríamos hablando de un desgarro del músculo, considerado de grado 3 y habría que reparar el músculo dañado.
Una vez que se hayan hecho todos los pasos para una evolución fructífera la recuperación va a depender de varios factores como la gravedad de la lesión, la edad del jugador, su estado físico previo y la adherencia al plan de rehabilitación.
¿Cómo prevenir futuras lesiones?
El problema de tener una lesión en los isquiotibiales es que es una patología "reincidente", es decir, que el músculo puede volver a romperse hasta en varias ocasiones después de que se haya roto una primera vez y aunque el paciente esté completamente recuperado. De todas formas, cualquier medida es buena para prevenir que los isquiotibiales se lesionen de nuevo.
Empezamos por un buen calentamiento antes de entrenar o jugar. Intentar, en la medida de lo posible, mantener una buena flexibilidad y fuerza en los músculos de la parte posterior del muslo.
En el tiempo que no se está entrenando, hay que realizar ejercicios específicos de fuerza para equilibrar el trabajo entre los isquiotibiales y los músculos del cuádriceps. No volver a jugar hasta que el músculo esté completamente recuperado, algo que irán determinando los médicos en función de la evolución del paciente.
Para una mayor precisión y que podamos hacer los ejercicios de una manera segura, el fisioterapeuta Marcos Sacristán explica en el siguiente vídeo cuatro ejercicios que nos ayudarán a prevenir las lesiones en los isquiotibiales.
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