¿Cómo puedo saber si soy intolerante a lactosa?
¿Cómo puedo saber si soy intolerante a lactosa?
Raquel Narbona Valiente

14 de noviembre 2024 - 17:03

Muchas personas en el mundo sufren de intolerancia a la lactosa, y los síntomas de esta afección son bastante incómodos. Aunque no se trata de una alergia, esta intolerancia implica que el cuerpo no puede descomponer bien la lactosa, que es un tipo de azúcar presente en la leche y productos lácteos. Saber cuáles son los síntomas, sus causas y hacerse pruebas es algo fundamental para saber si una persona es intolerante a la lactosa.

¿Qué es la intolerancia a la lactosa?

Como ya hemos dicho, la lactosa es un azúcar natural que se encuentra en la leche y en otros productos lácteos. Para digerirla, el cuerpo necesita una enzima llamada lactasa, que se forma en el intestino delgado. Cuando alguien es intolerante a la lactosa, el cuerpo produce poca o ninguna lactasa, por lo que este azúcar no puede descomponerse adecuadamente. La lactosa no digerida pasa al intestino grueso, donde se fermenta por las bacterias, produciendo gases y otros síntomas.

Síntomas de la intolerancia a la lactosa

Los síntomas de la intolerancia a la lactosa pueden cambiar en intensidad dependiendo de cada persona y de la cantidad de lactosa consumida. Veamos los síntomas más comunes que pueden aparecer pocas horas después de tomar algo con lactosa:

  • Hinchazón o distensión abdominal por la acumulación de gases en el intestino.
  • Diarrea, ya que la lactosa que no se digiere provoca un aumento de agua en el intestino.
  • Gases.
  • Náuseas.
  • Dolor abdominal.
  • "Gruñidos" o ruidos estomacales.
  • Vómito, en casos más extremos.

La principal causa de la intolerancia a la lactosa es la deficiencia en la producción de lactasa en el intestino delgado. Este déficit de lactasa puede estar asociado a distintos factores, como la genética. En ciertas poblaciones, especialmente en Asia, África y América del Sur, es más común que los adultos tengan una producción de lactasa limitada.

La edad es otro factor que influye, ya que la producción de lactasa tiende a disminuir a medida que envejecemos.

Por otro lado, algunas enfermedades intestinales como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca pueden dañar el revestimiento del intestino delgado y afectar la producción de lactasa.

Para diagnosticar la intolerancia a la lactosa, existen varias pruebas que pueden realizarse en un entorno médico. Dos de las pruebas más comunes son la prueba de hidrógeno en el aliento y la prueba de sangre para intolerancia a la lactosa.

Prueba de hidrógeno en el aliento

Esta prueba es la más recomendada para detectar la intolerancia a la lactosa y es sencilla y no invasiva. Su proceso es el siguiente:

  • La persona exhala en un recipiente similar a un globo para obtener una muestra de aliento inicial.
  • Luego, bebe un líquido saborizado que contiene lactosa.
  • Durante un período de tiempo determinado, se toman varias muestras de aliento.
  • La muestra se analiza para detectar la cantidad de hidrógeno presente en el aliento. Normalmente, el hidrógeno en el aliento es mínimo, pero si el organismo no descompone correctamente la lactosa, aumentan los niveles de hidrógeno, lo que indica una intolerancia.

Prueba de sangre para intolerancia a la lactosa

Este análisis de sangre se enfoca en detectar la glucosa en la sangre después de consumir lactosa. Si la lactosa se descompone correctamente, los niveles de glucosa en la sangre aumentan. En caso contrario, los niveles no se alteran mucho, lo que puede indicar una deficiencia de lactasa.

  • Se toman varias muestras de sangre antes y después de que la persona ingiera lactosa.
  • Una falta de aumento en los niveles de glucosa tras la ingesta de lactosa puede indicar intolerancia.

Si eres intolerante a la lactosa, tienes varias maneras de manejar esta condición sin tener que cambiar tu dieta mucho. Puedes probar los productos sin lactosa. Hoy en día, existen muchos productos lácteos sin lactosa. Estos productos conservan todos los nutrientes de la leche tradicional. También tienes la posibilidad de comprar la leche de almendra, soja, coco y avena, que no contienen lactosa. Otra opción es tomar suplementos de lactasa antes de consumir productos lácteos, ayudando al organismo a descomponer la lactosa.

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