La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una fórmula contra los pesados
La Influenza B o Gripe B es una de las cepas del virus de la gripe, causante de una infección respiratoria altamente contagiosa. Esta se diferencia de la Influenza A en que afecta exclusivamente a los humanos y tiende a causar brotes en menores proporciones, aunque su impacto en jóvenes y niños puede ser duro, ya que suele prevalecer entre las personas más jóvenes y presenta una serie de síntomas que pueden llegar a debiliar. Además, a diferencia de la influenza A, el virus de la gripe B muta a menor velocidad, permitiendo a las personas desarrollar cierta inmunidad con el tiempo.
Aunque la Influenza B se considera más leve que la A, los síntomas pueden ser igualmente intensos y afectar la calidad de vida durante el periodo de infección. Los síntomas principales incluyen:
Estos síntomas tienden a aparecer de forma rápida y a durar entre cinco y siete días. La fatiga y la tos pueden prolongarse, sobre todo en personas con sistemas inmunológicos debilitados.
A pesar de ser considerada una variante más leve, la Influenza B puede conllevar riesgos significativos para ciertos grupos de personas. Entre los riesgos principales están las infecciones secundarias, y es que las personas con gripe pueden desarrollar infecciones bacterianas, como neumonía, bronquitis o sinusitis, que son más comunes en personas con sistemas inmunes debilitados, niños pequeños y ancianos.
Otra cuestión son las complicaciones respiratorias. Al igual que otras formas de gripe, la Influenza B puede desencadenar complicaciones respiratorias graves en personas con asma, EPOC u otras enfermedades pulmonares.
La exacerbación de enfermedades crónicas es otra cuestión preocupante. Los pacientes con condiciones como la diabetes, enfermedades cardiovasculares o inmunodeficiencias pueden experimentar un empeoramiento de sus síntomas.
Aunque en menor medida que la Influenza A, la gripe B también puede causar hospitalizaciones y, en algunos casos, llevar a complicaciones fatales si no se trata adecuadamente.
Para prevenir el contagio, es importante seguir las recomendaciones de vacunación anual, especialmente en los meses previos a la temporada de gripe. La vacuna contra la gripe suele incluir cepas de la Influenza A y B, protegiendo a la población vulnerable. Además de la vacunación, se deben tomar algunas medidas preventivas:
El tratamiento de la gripe B, al igual que el de otras gripes, se centra en aliviar los síntomas. No existe una cura directa para la gripe, ya que los antivirales solo están recomendados en casos específicos y siempre bajo supervisión médica. Siempre puedes:
La Influenza A y la Influenza B son los dos tipos de gripe más comunes, pero tienen diferencias importantes:
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