¿Qué tenemos que incrementar en nuestro organismo en verano para evitar sufrir enfermedades en los riñones?

Investigación y Tecnología

Unas 7 millones de personas sufren de enfermedad renal crónica en España y un 30% ha recibido trasplante en la última década

La presencia de factores de riesgo cardiovascular y el desarrollo de daño vascular también suponen un grave problema que triplica el riesgo de enfermedad renal

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Mujer bebiendo agua
Mujer bebiendo agua / Freepik

Las enfermedades renales crónicas crecen y, cada vez, lo hacen más rápido. Tanto que la población española va ya por 7 millones de personas afectadas y un 30% ha recibido trasplante en la última década. Es una patología desconocida para la mayoría de la población, pero esta enfermedad provoca que los riñones dejen de funcionar y es uno de los órganos que más necesitamos que nos dure porque realizan funciones muy importantes.

"Es muy importante visibilizar las enfermedades renales, en especial la ERC, porque es un grave problema de salud pública en España y todo el mundo que cada día va a más. Hay que cuidar nuestros riñones en verano y siempre", informa el doctor Emilio Sánchez, presidente de la Sociedad Española de Nefrología (SEN).

Incrementar los cuidados en verano

En verano, todo se sale de la rutina y solemos descuidar muchas cosas, principalmente, lo que comemos y lo que bebemos. Seguimos menos normas y eso también se lleva al terreno de la alimentación, sin pararnos a pensar que nuestro organismo no entiende estaciones del año, pero sí de cuidados.

Es una época en la que somos más permisivos con los malos hábitos. Uno de ellos es el aumento en el consumo de la sal, bien con el propio condimento alimenticio o bien en forma de aditivo de los ultraprocesados.

"Es más importante que nunca en esta época del año incrementar la ingesta de agua en nuestro organismo con el fin de evitar sufrir enfermedades renales"

También optamos por más bebidas azucaradas muchas veces bajo la excusa de "se me ha bajado el azúcar" o para no deshidratarnos. Pero lo cierto es que para la hidratación lo mejor que podemos beber es agua, la cual, se sustituye por otras bebidas porque pensamos que también vamos a cubrir las necesidades de nuestro organismo y lo que puede pasar es que corramos el riesgo de deshidratarnos.

Por eso, es más importante que nunca en esta época del año incrementar la ingesta de agua en nuestro organismo con el fin de evitar sufrir enfermedades renales. Los malos hábitos van perjudicar el funcionamiento normal de los riñones, lo que quiere decir que aumenta el riesgo de desarrollar una enfermedad vascular de manera que la causa más frecuente de mortalidad en los pacientes renales son los problemas cardiovasculares.

La presencia de factores de riesgo cardiovascular y el desarrollo de daño vascular también suponen un grave problema que triplica el riesgo de enfermedad renal.

Recomendaciones de la SEN

Dados los excesos de las vacaciones estivales, la Sociedad Española de Nefrología (S.E.N.) ofrece una serie de recomendaciones para cuidar de los riñones:

Hidratación. Es una de las más importantes ya que en verano se pierde mucho líquido debido a la sudoración y hay que recuperarlo. "La sed solo se quita con agua", de ahí la insistencia de los expertos en incrementar la ingesta de agua en verano para evitar enfermedades renales.

Buena alimentación. Comer más pescado que carne, incluir el "oro líquido" de la dieta mediterránea o lo que es lo mismo el aceite de oliva virgen extra o evitar el consumo excesivo de sal son entre otros buenos hábitos de alimentación que podemos llevar a cabo en verano. En este último caso, se incluyen los productos ultraprocesados ya que tienen una gran carga de aditivos que, es perjudicial tanto para los riñones como para el organismo.

Buena planificación. Uno de los mejores hábitos que podemos poner en práctica para poder llevar una alimentación saludable es hacer una buena planificación de las comidas. Así nos aseguramos de seguir las recomendaciones de los nefrólogos de incluir frutas, verduras, pan, pasta y arroces, fundamentalmente, en nuestra alimentación.

Evitar el tabaco. El tabaquismo empeora todas las enfermedades y en verano somos más propensos a volver a este hábito, en el caso de haber logrado apartarlo de tu vida el resto del año.

Ejercicio físico. El ejercicio es compatible con el descanso y no tiene por qué ser algo intenso. Puedes optar por caminar una hora al día, con ejercicios sencillos. La cuestión es combatir el sedentarismo.

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