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Así impacta el calor en la función cognitiva

Investigación y Tecnología

La exposición acumulativa al calor extremo puede desencadenar daño celular, inflamación y estrés oxidativo, todo lo cual puede agotar la reserva cognitiva

Un ambiente caluroso contribuye a la distracción y a la capacidad de estar centrado en tareas complejas

Ejercicios para retrasar el deterioro cognitivo y estimular el crecimiento de nuevas células cerebrales

¿Cuál es la mejor manera de sobrevivir al calor y a las altas temperaturas?

Calor extremo

El calor extremo es la principal causa de muertes relacionadas con el clima, siendo especialmente vulnerables los niños pequeños y las personas mayores a los golpes de calor. Una sola exposición solar no produce daños cognitivos pero si lo hacemos repetidamente y nos exponemos al sol de manera prolongada nuestro cerebro sufrirá daños.

"La exposición acumulativa al calor extremo puede desencadenar una cascada de acontecimientos en el cerebro, como daño celular, inflamación y estrés oxidativo, todo lo cual puede agotar la reserva cognitiva", ha detallado Virginia Chang, autora principal de un estudio de la Universidad de Nueva York (Estados Unidos), para el portal Infosalus.

Deterioro de las capacidades mentales, bajada en el rendimiento académico y profesional o la toma de decisiones son aspectos de las funciones cognitivas del cerebro que pueden verse afectadas por una exposición prolongada al calor extremo.

El cuerpo humano mantiene su temperatura interna dentro de un rango estrecho para funcionar de manera óptima, por lo que cuando nos exponemos a temperaturas muy altas, el cuerpo activa los mecanismos de enfriamiento, como la sudoración y el aumento del flujo sanguíneo hacia la piel.

Estos procesos pueden desviar sangre de órganos internos y del cerebro, reduciendo temporalmente el suministro de oxígeno y nutrientes necesarios para una función cognitiva óptima.

Cómo afecta al cerebro

Un ambiente caluroso contribuye a la distracción y a la capacidad de estar centrado en tareas complejas y que requieran de concentración como sucede en los entornos laborales y educativos. De esta forma, el calor excesivo afecta notablemente a nuestro rendimiento porque nuestro cerebro tiene continuas interrupciones.

Esto puede llevar a un estado de fatiga mental dejando al cuerpo con menos energía debido al sobreesfuerzo que ha hecho para poder enfriarse, por lo que tendrá menos recursos disponibles, dejándote una sensación de agotamiento y disminuyendo la capacidad para llevar a cabo las tareas en las que intervienen las funciones cognitivas.

Puede afectar, a su vez, a la hora de tomar decisiones y a la capacidad de recordar ya que perjudica a la memoria. Esto puede provocar la precipitación en la toma de decisiones que suelen ser más impulsivas y menos racionales. Además, la capacidad de recordar información y de realizar tareas que requieren memoria de trabajo puede verse comprometida.

Cuando nos vemos incapaces y con tantos impedimientos a la hora de poder desarrollar nuestras tareas, entramos en un estado de ansiedad y estrés los cuales también van a perjudicar la función cognitiva.

Todos factores pueden meterte dentro de un círculo vicioso en el que la incomodidad física y la deshidratación pueden contribuir a un estado de ánimo negativo y a un aumento de la irritabilidad, afectando la claridad mental y la capacidad de manejar el estrés.

Medidas de enfrentar los efectos del calor

Para mitigar los efectos del calor en la función cognitiva, se pueden adoptar varias medidas eficaces como el mantenimiento de una buena hidratación con la que cuerpo pueda regular su temperatura corporal y mantener las funciones cerebrales.

También es importante que el ambiente en el que te encuentres esté fresco. Tanto si te encuentras en casa como en el trabajo, una ventilación adecuada para la que uses ventiladores, aires acondicionados o lugares con sombra en caso de estar en el exterior serán buenas prácticas con las que poder mantener una temperatura corporal óptima.

No olvides hacer pausas regulares para aliviar la fatiga mental la cual puede fomentar el deterioro cognitivo. Vestir con ropa ligera y cómoda ayuda a llevar mejor los agobios por el calor ya que puede suponer un distractor en tu tarea diaria, así como también una ocupación innecesaria de problemas en tu mente.

En días de calor, también hay que cuidar la alimentación incrementando el consumo de alimentos refrescantes y ligeros como son las frutas y verduras. Mantienen tu hidratación ya que muchos son ricos en agua y además te aportan más energía que los que contienen grasas, todo ello sin aumentar la carga de calor interno.

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