Notas al margen
David Fernández
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Investigación
A tan solo unas semanas de dar el pistoletazo de salida a una de las tradiciones más arraigadas de nuestra cultura, la Semana Santa, Semana Santa tras más de dos años de parón obligado por la situación sanitaria, las hermandades y sus devotos ya ultiman los preparativos y ensayos para sus salidas procesionales. Además de las dramatizaciones y la exposición de estas imágenes, durante esta semana se ofrece un cúmulo de elementos, olores y significados visuales que han permeado profundamente en la cultura de esta celebración. Uno de ellos es, sin duda, el incienso. El incienso cofrade produce un agradable aroma al arder y crea un ambiente místico y de pasión que está vinculado desde tiempos inmemoriales a este rito religioso.
El humo del incienso puede llegar a ser más perjudicial que el del tabaco, según las concluisiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Tecnología de China. La investigación, publicada en el 'Springer's Journal Environmental Chemistry Letters', expone que el uso de incienso en lugares cerrados o con poca ventilación, llegaría a ser muy tóxico ya que contiene diversos agentes tóxicos y componentes mutágenos que están relacionados con el desarrollo del cáncer.
Para poder realizar el estudio examinaron dos tipos de incienso: de agar y con sándalo. Para poder detectar el grado de peligrosidad de estos productos, los científicos examinaron los efectos en células de ovarios de hamsters y en cepas de salmonella y las compararon con los efectos del humo de los cigarrillos, llegando a la conclusión de que este humo era más tóxico y perjudicial para la salud.
Se detectó que el 99% del humo del incienso está formado por partículas finas y ultrafinas, en su mayor parte, de componentes altamente tóxicos para la salud. Estas partículas son inhaladas y quedan atrapadas en los pulmones, lo que puede causar una reacción inflamatoria y, según estudios previos, también está relacionado con el cáncer de pulmón, la leucemia infantil y el desarrollo de tumores cerebrales.
Su pequeño tamaño, inferior a 2,5 micras, hace que se alojen en los pulmones y causen, además, problemas respiratorios. El límite ideal es de 12 µg/m3; pero se han registrado emisiones de algún incienso superiores a 5.000.
El principal autor del estudio, Rong Zhou, ha afirmado que "es necesario un mayor conocimiento y regulación de los riesgos de la salud asociados con el uso de incienso en lugares cerrados", y ha asegurado que espera que estos resultados den lugar a medidas de evaluación de los diferentes inciensos y para reducir la exposición al humo de estos.
Aún así, Zhou ha afirmado que se requieren más estudios para confirmar si todos los tipos de incienso son igual de perjudiciales. La quema de incienso es una tradición y una práctica común en muchas familias, y especialmente en los templos religiosos de Asia, aunque en muchos casos se desconocen sus efectos en la salud. Aún está por determinar si los resultados con altos agentes tóxicos estarían presentes en todas las variantes de este producto.
Según la OCU, aunque dejemos patente un olor placentero, los ambientadores en general empeoran notablemente la calidad del aire hasta hacerlo similar, en cuanto a toxicidad y riesgos para la salud, con el ambiente de una sala de fumadores muy cargada.
Según una investigación llevada a cabo por esta entidad, las varitas de incienso de algunas marcas pueden llegar a dispersar más de 3.000 microgramos de partículas finas por metro cúbico. Un estudio realizado en locales de ocio de Barcelona en 2007 concluía que allí donde aún se permitía fumar, la concentración media de este tipo de partículas era de 182 microgramos por metro cúbico frente a 34 en los locales de no fumadores. Una diferencia altamente notable y potencialmente más peligrosa.
Algunos de los compuestos particularmente dañinos presentes en los inciensos, ambientadores y aceites, además de las partículas finas mencionadas,son el benceno y el formaldehído.
El benceno, según expone la OCU, es un compuesto químico tóxico capaz de causar leucemia en humanos. No debería estar presente, pero lo admiten todos los inciensos y también uno de los aceites, aunque en mucha menor medida.
En el caso del formaldeído, se trata de una sustancia tóxica que puede causar dolor de cabeza, inflamación de la mucosa nasal y también, cáncer del aparato respiratorio. El límite ideal es de 10 µg/m3, un aceite especial supera los 200.
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