Las hormonas implicadas en la regulación del apetito y el almacenamiento de grasa, ¿cómo controlarlas?
Hormonas como la leptina, la grelina o la insulina, actúan como mensajeros químicos que transmiten señales a distintas partes de nuestro cerebro encargadas de la conducta alimentaria
Cómo activar la hormona Irisina, responsable en la pérdida de peso
¿Cómo activar la hormona leptina para perder peso?
Los grandes secretos de la pérdida de peso han conseguido ser desvelados por la ciencia con el paso de los años. A pesar de ser un problema multifactorial y complejo, se han logrado importantes avances en el conocimiento de los mecanismos de control del apetito. El más importante es el equilibrio entre el consumo de calorías y el gasto de energía. Es decir, es necesario consumir menos calorías de las que se queman mediante actividad física y metabolismo basal. Esto se puede lograr a través de una dieta saludable y equilibrada, así como de la práctica regular de ejercicio físico. También es importante tener en cuenta los hábitos diarios, como dormir lo suficiente y reducir el estrés, ya que estos factores pueden afectar el peso corporal. Asimismo, existe un componente evolutivo que implica al propio organismo humano. Éste cuenta con métodos efectivos para restringir el consumo de alimentos y, por ende, prevenir el incremento constante de peso. Comprender estos mecanismos es esencial para desarrollar terapias destinadas a combatir la obesidad. Así, en la investigación sobre el aumento de peso y la obesidad, las hormonas desempeñan una función crucial, pero a menudo se les presta menos atención en comparación con otros aspectos relacionados con la nutrición.
Así, hay varias hormonas que desempeñan un papel importante en la regulación del apetito, el metabolismo y el almacenamiento de grasa, lo que puede influir en el control del peso. Las principales hormonas relacionadas con la regulación del apetito y la saciedad son la grelina, la leptina y la insulina. Otras hormonas son la adiponectina y el cortisol que, aunque no están directamente implicadas, juegan un papel en importante en la sensación de apetito y su control. ¿Cómo funciona cada una?, ¿se pueden controlar?
El papel de las hormonas
En primer lugar, hay que saber que la conducta alimentaria se encuentra organizada en distintas zonas del cerebro que conforman el sistema límbico. El hipocampo, que es el centro de la memoria y los hábitos, nos permite recordar la necesidad de comer, ya que a medida que repetimos ciertas acciones, estas se convierten en hábitos que son almacenados en esta área del cerebro. Por otro lado, el hipotálamo regula tanto la sed como el apetito, siendo una parte clave en el control de nuestra conducta alimentaria. Las hormonas son producidas por diversas glándulas en el cuerpo y actúan como mensajeros químicos que transmiten señales a través del sistema endocrino y llegan a estas zonas cerebrales.
El papel de cada una se produce:
- Leptina: Las células grasas, conocidas como adipocitos, son las encargadas de producir la hormona leptina, que regula la termogénesis y produce una sensación de saciedad. La leptina envía señales al cerebro para indicar que se ha consumido suficiente energía y, por lo tanto, debe reducirse la ingesta de alimentos. Cuanto más grasa se almacene, mayor será la producción de leptina, lo que disminuirá el apetito y aumentará la quema de grasa. No obstante, cuando se sigue una dieta de restricción calórica durante un largo período de tiempo, los niveles de leptina disminuyen, lo que puede aumentar el apetito y disminuir el gasto energético.
- Grelina: La grelina es una hormona producida principalmente en el estómago vacío. Si tenemos el estómago vacío liberaremos más grelina. Algunos estudios sugieren que la grelina puede estar relacionada con la obesidad y la resistencia a la pérdida de peso. Cuando los niveles de grelina son altos, el cerebro recibe señales para aumentar la ingesta de alimentos. Por el contrario, cuando los niveles de grelina son bajos, el cerebro recibe señales para reducir la ingesta de alimentos. En su liberación a nuestro organismo también influyen los niveles de estrés y cortisol, que aumentan sus niveles, aumentandola sensación de hambre.
- Insulina: Esta hormona, producida por el páncreas, también juega un papel en el control del apetito y el peso. Su función principal es transportar el azúcar a los tejidos para su almacenamiento. La insulina ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y a almacenar energía en las células. Cuando los niveles de insulina son altos, el cuerpo tiende a almacenar más grasa y se reduce la utilización de la grasa como fuente de energía, lo que puede contribuir al aumento de peso.
- Adiponectina: Es una hormona secretada por el tejido adiposo que tiene un papel importante en la regulación del metabolismo y el control del peso corporal. Esta hormona se ha asociado con una mayor sensibilidad a la insulina, lo que puede mejorar la capacidad del cuerpo para utilizar la glucosa y prevenir la acumulación de grasa en el tejido adiposo. La evidencia muestra que la adiponectina puede reducir los niveles de glucosa en personas obesas, en aquellos que han perdido peso rápidamente, así como en casos de intolerancia a la glucosa, dislipidemia e hipertensión arterial.
¿Cómo controlar los niveles?
Existen varias formas de controlar los niveles de hormonas que regulan el apetito, aunque cabe destacar que algunas de ellas pueden requerir la supervisión de un profesional de la salud.
- Dieta equilibrada: La alimentación saludable es clave para mantener niveles adecuados de hormonas que regulan el apetito. Una dieta equilibrada, rica en nutrientes, fibra y proteínas, y baja en grasas saturadas y azúcares refinados puede ayudar a regular las hormonas.
- Ejercicio físico: La actividad física regular puede ayudar a regular los niveles de hormonas que regulan el apetito. El ejercicio puede aumentar los niveles de hormonas como la leptina y disminuir los niveles de grelina, lo que puede reducir el apetito.
- Reducción del estrés: El estrés crónico puede afectar negativamente los niveles de hormonas que regulan el apetito. La reducción del estrés a través de técnicas como la meditación, el yoga o la terapia puede ayudar a regular los niveles hormonales.
- Sueño adecuado: La falta de sueño puede alterar los niveles de hormonas que regulan el apetito. Dormir lo suficiente y mantener un horario de sueño regular puede ayudar a regular los niveles hormonales.
- Medicamentos: En algunos casos, los medicamentos pueden ser necesarios para regular los niveles hormonales que regulan el apetito. Estos medicamentos solo deben ser prescritos por un profesional de la salud y deben ser tomados según las indicaciones.
- Evita el consumo de alcohol: Una forma de mejorar nuestra salud es evitando el consumo de alcohol, ya que puede tener efectos negativos en nuestro cuerpo, incluyendo la reducción de la quema de grasa corporal debido a sus calorías vacías. Además, evitar el alcohol puede ayudar a regular las hormonas que controlan el comportamiento alimentario, como la leptina y la grelina, y así evitar la estimulación de la ingesta de alimentos.
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